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Guía práctica de la RAE: cómo dominar los participios y palabras similares

Muchas palabras suenan igual pero tienen un significado distinto que puede generar confusión entre los hispanohablantes.

Muchas palabras suenan igual pero tienen un significado distinto que puede generar confusión entre los hispanohablantes.
Sede de la RAE. | David Alonso Rincón

El español se caracteriza por ser una lengua con una gran riqueza léxica; sin embargo, hay expresiones que se siguen utilizando de forma errónea, por lo que la Real Academia Española (RAE) es un recurso esencial para resolver estas dudas tan presentes en el día a día de los usuarios hispanohablantes.

Uno de los dilemas más presentes del castellano son los participios regulares e irregulares. Los participios regulares se forman añadiendo «-ado» a los verbos terminados en «-ar» y «-ido» a los de «-er» o «-ir».

¿Imprimido o impreso?

Sin embargo, algunos de ellos generan dudas, como, por ejemplo, "imprimido" e "impreso". Durante mucho tiempo, la única forma correcta del verbo "imprimir" era "impreso", aunque la RAE ha admitido ambas, que tienen diferencias en su uso. La segunda expresión es la forma más extendida en casi todos los contextos formales y cultos, y se utiliza como adjetivo: "libro impreso". Mientras que "imprimido" corresponde a un lenguaje más informal, siendo utilizado de manera menos frecuente.

Otro participio que puede generar confusión es "freído" y "frito", ambas formas correctas, aunque la RAE siempre aconseja utilizar las formas irregulares en situaciones más formales o como adjetivos: "he frito" e "he impreso" en la práctica diaria. Por lo tanto, todo depende del contexto.

"Haber" y "a ver"

Cabe destacar que no solo los participios generan confusión por sus similitudes lingüísticas, sino que también hay casos de palabras parecidas pero de distinto significado. El verbo "haber" y la mezcla de este verbo con la preposición "a": "a ver", que se utiliza para generar expectación, por ejemplo, "a ver si hay suerte".

Por otro lado, los términos «porque», «por qué», «porqué» y «por que» son también fuente de confusión. El primero se utiliza como conjunción, mientras que el segundo es sinónimo de causa o motivo. "Porqué" se utiliza en preguntas y exclamaciones, y "por que" como mezcla de la preposición por con el pronombre relativo "que". Un ejemplo sería "¿por qué no sabes el porqué de su ausencia?"

Distinto significado

Además, las palabras «halla» -del verbo "hallar", encontrar-, «haya» -conjugación del verbo "haber"-, «aya» -niñera- y «allá» -adverbio de lugar- también pueden generar dudas. Un ejemplo que reúne estas palabras podría ser: «La aya halla al niño y lo lleva allá donde haya un parque para jugar».

Otra confusión frecuente es la de los términos «ay», «hay» y «ahí». A pesar de que suenan igual, el significado es distinto. Según la RAE, «hay» es una forma del verbo haber, «ahí» es un adverbio de lugar y «ay» es una interjección. El ejemplo más característico es "¡Ay! Creo que hay alguien ahí".

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