
Los refranes y los dichos populares son parte de la cultura y la sabiduría popular, pues a través de ellos se transmiten moralejas o conocimientos que perduran a lo largo del tiempo. El idioma español está lleno de refranes, y no es de extrañar que, en muchos de ellos, los meses sean los protagonistas.
Marzo y sus refranes
La Real Academia Española (RAE) define los refranes como "dicho tradicional gracioso u oportuno, que expresa una afirmación, una advertencia o un consejo, y que a veces contiene alguna rima". Un ejemplo característico de este mes de marzo es el siguiente: "Cuando marzo mayea, mayo marcea" y viceversa. Este refrán no se aplica este año debido a las bajas temperaturas y las constantes lluvias durante marzo, lo cual indicaría que el tiempo será bueno en mayo.
Los términos "marcear" y "mayear" existen y están recogidos en el diccionario. "Marcear" cuenta con dos acepciones: "esquilar las bestias" y "hacer el tiempo propio del mes de marzo", mientras que "mayear" significa "hacer el tiempo propio del mes de mayo".
Como se indica en la «NGLE», el verbo «marcear» (https://t.co/Hskn6ReYJT) se usa con el segundo sentido, igual que «mayear» (https://t.co/gybXLE7kxs), casi exclusivamente en el refrán «Cuando marzo mayea, mayo marcea».
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— RAE (@RAEinforma) March 6, 2025
Cabe destacar que existen múltiples refranes que mencionan a los meses del año para referirse a la meteorología, como por ejemplo: "Heladas de enero, nieves de febrero, neblinas de marzo, lluvias de abril, aires de mayo, sacan florido al año, "Niebla de marzo, nieve en abril, sol de mayo: comida para el año" o "Abril y mayo componen el año", ya que de las lluvias y temperaturas de estos meses depende la abundancia de las cosechas.
La personalidad de los meses
Por otro lado, el español es un idioma tan rico que cada mes cuenta con muchos refranes que lo definen: "Por enero, florece el romero", "Febrero loco y marzo otro poco" y "El sol de marzo da con mazo" —la llegada de la primavera a últimos de mes hace que los rayos del sol sean más intensos—. "En abril, aguas mil, y todas caben en un barril", "Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo" —debido a la inestabilidad climática por estas fechas— y "Cielo de junio, limpio como ninguno".
"En julio, el melón echa dulzor", "Agosto con lluvia, cosecha segura" y "En septiembre, a fin de mes, el calor vuelve otra vez" —algo que casi siempre se cumple con el llamado "veranillo de San Miguel"—. "Octubre lluvioso, año copioso", "A últimos de noviembre, coge tu oliva siempre" y "En diciembre, se quitan las cañas y se asan castañas" —fruto típico con la llegada del frío—.
Estos dichos populares se han transmitido de generación en generación, por lo que conocer su significado y origen ayuda a comprenderlos y aplicarlos a la realidad.

