Federico Fellini (Rímini, 1920 – Roma, 1993) soñó tres veces con Pablo Picasso. La primera vez, el autor de La dolce vita (1960) o Amarcord (1973) "atravesaba un periodo de grave depresión, de inseguridad total". En este mundo onírico, el cineasta y el artista hablaron toda la noche en la cocina del malagueño, un lugar repleto "de comida, de cuadros, de colores". Cinco años más tarde, en 1967, Fellini volvió a soñar con "ese hermano mayor, un padre artístico". Finalmente, en 1980, Fellini se reencontró en sueños con ese "amigo y maestro". "Picasso representa para mí la eterna encarnación del arquetipo de la creatividad, una creatividad propia, sin otro móvil y fin que sí misma, impetuosa, indiscutible, alegre", escribió en Fellini por Fellini.
Conocemos todo lo que pasaba por la cabeza del director de cine porque el ganador de cuatro premios Oscar lo puso por escrito en El libro de los sueños, unos cuadernos en los que anotaba y dibujaba sus ensoñaciones por prescripción de su psicoanalista, Ernst Bernhardt.
El inconsciente de Fellini tuvo su réplica en sus películas. "Hablar de sueños es como hablar de películas, ya que el cine utiliza el lenguaje de los sueños: años pueden pasar en segundos y se puede saltar de un lugar a otro", escribió el cineasta. El mundo onírico de Federico Fellini llega al Museo Picasso Málaga en una exposición comisariada por la doctora en Historia del Arte Audrey Norcia, con una selección de piezas que evidencian las sensibilidades y obsesiones comunes de ambos creadores. "La exposición intenta explorar qué proximidades iconográficas hay entre las películas de Fellini y la obra de Picasso. El resultado son unas cincuenta obras de Picasso, una película documental que ha realizado Isaki Lacuesta con la voz de Enma Suárez, fotografías y dibujos de Fellini", adelanta a Libertad Digital José Lebrero, director artístico del Museo Picasso Málaga.
Ambos artistas del siglo XX abordaron la transgresión, la sexualidad o la exaltación de la vida –a veces de manera surrealista–. Pero, ¿cuánto hay de Picasso en el cine de Fellini? "Hay incluso una película, Il bidone (1955), en la que aparece un pintor que trata de vender un cuadro y se llama Picasso", responde Lebrero. "Es una anécdota, pero más allá de la presencia de una figura de ficción, lo cierto es que hay unos temas compartidos, cuestiones como el circo, la antigüedad o los arquetipos femeninos", añade. Otra de las conexiones entre ambos artistas es el dibujo. "Siempre he dibujado sobre cualquier trozo de papel que me encontraba. Es una especie de reflejo condicionado, un gesto automático, una manía que llevo conmigo desde siempre", dijo el cineasta, que hasta garabateaba sus sueños.
"Y Fellini soñó con Picasso" es la primera vez que permite en un museo "ese diálogo entre dos grandes creadores, uno de las artes visuales y otro en la historia del cine. En su conjunto, es una narración onírica", resume el comisario.
Polémica entre Boadella y Picasso
Hace unas semanas, el director de teatro Albert Boadella dijo de Pablo Picasso que "tres cuartas partes de su obra son una auténtica mierda". "Cito a Antonio López", asegura Lebrero, en referencia a las declaraciones del pintor durante su investidura como doctor honoris causa por la Universidad Complutense en las que dijo que "Picasso se defiende solo, pero las mierdas no están mal tampoco".
El director artístico del Museo Picasso Málaga defendió, ante todo, la libertad de expresión: "Se nos ha ido inculcando un miedo a opinar y Boadella tiene el valor y la misión en la vida de dar su opinión de un modo provocador, quiere generar un debate. Yo, como director de un museo, comparto la respuesta de Antonio López, de un enamorado de la pintura y de la Historia del Arte, que tiene una relación con la pintura diferente a la de un director de teatro. Pero que cada uno ponga los calificativos que quiera".