
La sevillana Luisa Roldán, más conocida como La Roldana, sobresalió entre los artistas más famosos del Barroco español, convirtiéndose en Escultora de Cámara de la corte de Carlos II, un título que ninguna otra mujer ha alcanzado en la historia del arte español. Mantendría esta posición durante el reinado de Felipe V. Los contratos los firmaría su marido, el también escultor Luis Antonio de los Arcos, debido a las restrictivas normas impuestas para las mujeres en la época.
Nacida en Sevilla, se formó en el taller de su padre, el escultor Pedro Roldán, uno de los más importantes y demandados de la capital hispalense. Más tarde, trabajaría en Cádiz y, posteriormente, se instalaría en Madrid junto a su marido. En 1692, La Roldana ejecutó una impresionante obra en madera de cedro por orden del propio Carlos II para el Monasterio de El Escorial. Se trata de El Arcángel San Miguel venciendo al demonio, una talla que acaba de ser restaurada por parte de Patrimonio Nacional y que ya luce en todo su esplendor en su nueva ubicación, en la Galería de las Colecciones Reales.
"Es la obra cumbre de Luisa Roldán, enormemente atractiva para el público. Es una mujer formidable y su perfil se asemeja al de otras mujeres que, en su época, se atrevieron a romper el espacio doméstico para tener una profesión, con todo lo que eso significaba. Es una de las mujeres más importantes del reinado de Carlos II", comenta a Libertad Digital la directora de las Colecciones Reales, Leticia Ruiz.
Los trabajos de restauración se han centrado en el sentado de color en las zonas de la policromía, el resanado de las grietas y la limpieza. "Lo que he recuperado con mayor acierto ha sido la cara del demonio, que estaba muy dañada y contenía muchos repintes que le quitaban expresividad. Los labios, que tienen forma de corazón y son carnosos, estaban tapados por un estuco. Al quitarlo, hemos recuperado esa sensualidad de ese labio grueso. La nariz es muy perfecta y bonita en su original, pero estaba muy grandota", explica la restauradora de Patrimonio Nacional, Ana Loureiro.
La escultura muestra a el Arcángel en pie, vestido a la romana, coronado por casco de plumas y espada en alto, tiene bajo sus pies al demonio, desnudo, cuyo cuerpo abrazan las llamas. El Arcángel tiene facciones bastantes femeninas que podrían corresponder a las de la propia artista. Según esta teoría, Luisa Roldán se habría inspirado en su esposo para poner rostro al demonio como protesta hacía el machismo imperante en la época. "Es una figura con una cara bastante bonita. No es desagradable ni está animalizado. Si se inspiró en su marido, no lo trató nada mal", bromea Loureiro. Lo que sí es cierto es que la escultora firmó la talla para reivindicar su talento y su nombre.
"Las radiografías mostraron que los cuernos del demonio no eran originales, así que los quité y los reconstruí, basándome en fotografías antiguas, para devolver a la pieza el aspecto que tenía en 1692", explica la restauradora.
Famosa en Europa
La fama de Luisa Roldán trascendió España. "La Roldana fue muy famosa en su tiempo en Europa. Aparece en un diccionario histórico biográfico francés del siglo XVIII y justo el día de su muerte, por desgracia, la nombraban académica de mérito en la Academia de San Lucas de Roma", recuerda Loureiro.
Otro de sus grandes éxitos como escultora fueron las piezas de terracota, muy intimistas y naturalistas. Sobre todo, se conservan piezas de la Roldana en Sevilla y Cádiz, donde comenzó su carrera, pero otras muchas se han perdido, por ejemplo, un Nacimiento con 104 piezas que ejecutó para el Duque del Infantado.
Tras su restauración en los talleres del Palacio Real, este Arcángel de 2,64 metros de alto y 157,5 kilos formará parte de la exposición inaugural de la Galería de las Colecciones Reales prevista para el próximo verano, una apertura que coincidirá con el inicio de la presidencia española de la UE.

