Cuatro meses ha estado un equipo interdisciplinar de El Prado trabajando en su restauración. Lo primero fue diagnosticar el estado de la obra, en este caso, David vencedor de Goliat. Estaba cubierto por una especie de velo, fruto de la suciedad y los barnices oxidados y era necesario limpiarlo. Eliminados los repintes, tocaba solucionar también varias faltas de color. El resultado es, simplemente, espectacular.

