
La talla de Santa Margarita de Cortona es una obra de arte barroca que estuvo a punto de perderse en medio de un intento de fraude que afectó al patrimonio histórico de Granada. Esta escultura, del siglo XVIII y atribuida al entorno del escultor José de Mora, se convirtió en el centro de un escándalo que reveló la vulnerabilidad del patrimonio eclesiástico en España.
En abril de 2018, las monjas clarisas del convento de Los Ángeles en Granada entregaron la imagen de Santa Margarita de Cortona a Santos Boy J. B., un restaurador que había sido contratado para rehabilitar la obra. Sin embargo, la talla nunca fue devuelta a las religiosas, quienes recibieron una copia burda en su lugar. Esto condujo a una investigación judicial que culminó en la condena del restaurador a cuatro años y un día de prisión por apropiación indebida en su modalidad agravada, según una reciente sentencia a la que ha tenido acceso Europa Press. El tribunal consideró agravado el delito dado que el valor de la obra excede los 250.000 euros.
Un bien del Patrimonio Histórico Andaluz
La escultura barroca, valorada entre 300.000 y 400.000 euros, forma parte del Patrimonio Histórico Andaluz, lo que la convierte en un bien protegido y no comercializable sin la autorización correspondiente. Sin embargo, el restaurador vendió la talla a un galerista madrileño, Nicolás Cortés, por 90.000 euros. El acuerdo incluyó una transferencia y un vehículo de lujo, aunque Cortés no tenía conocimiento del origen ilícito de la obra. El tribunal absolvió al galerista, reconociendo que actuó de buena fe, obteniendo incluso un certificado de exportación emitido por el Ministerio de Cultura para ofrecer la obra en ferias de arte internacionales.
El caso adquirió mayor relevancia cuando la talla fue puesta a la venta en la Feria de Arte y Antigüedades de Nueva York el 10 de diciembre de 2019, con un precio de salida de 350.000 euros. Aunque la pieza no llegó a venderse, este hecho activó las alarmas y permitió que las autoridades actuaran, recuperando la obra en el marco de la investigación.
El engaño a las monjas y la declaración del acusado
El acusado, Santos Boy J. B., alegó durante el juicio que "compró la imagen a las monjas por 10.000 euros" y que, según él, las religiosas tenían permiso para venderla. Sin embargo, no presentó ningún documento que acreditara esta transacción, lo que generó dudas sobre la veracidad de sus afirmaciones. Además, Santos Boy aseguró que no era restaurador, sino que se dedicaba a la compraventa de antigüedades, contradiciendo la versión inicial de las monjas, quienes le habían entregado la obra para su restauración.
Este punto fue clave en la sentencia, ya que la Audiencia de Granada rechazó la versión del acusado, calificando de "inverosímil" que se produjera una compraventa sin ningún tipo de registro documental, especialmente tratándose de una obra de tal valor.
El destino final de la talla de Santa Margarita
Gracias a la intervención de las autoridades y la investigación judicial, la imagen de Santa Margarita de Cortona fue recuperada antes de que pudiera ser vendida ilegalmente en el extranjero. La Audiencia de Granada ha ordenado que la talla sea entregada en calidad de depósito a la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía mientras se determina su destino final.

