
Que una nueva estrella de cine como Andrew Garfield se atreva a defender a un actor como Mel Gibson en el Hollywood actual, dada la tesitura de las acusaciones que acabaron con la carrera del actor y director, tiene su valor. Pero Garfield, ahora mismo en boca de todos gracias a la película romántica Vivir el momento (estreno en España en enero) y su posible regreso al papel de Spider-Man, no ha tenido inconveniente en hacerlo.
Bien es cierto que el actor de 41 años ya trabajó con Gibson en el éxito de 2016 Hasta el último hombre, formidable película bélica sobre el objetor de conciencia Desmond Doss, que renunció a disparar un solo tiro pero se quedó en el campo de batalla para salvar a sus compañeros. Garfield fue nominado al Oscar por su papel y Gibson se ganó otra como director.
Ahora, el actor británicoestadounidense ha defendido a Gibson en una entrevista a People. "Merece hacer películas", dijo, alabando también su proceso de curación "consigo mismo" e ignorando la opinión mayoritaria de la industria.
"De hecho, aprendí mucho. Aprendí que las personas pueden sanar. Aprendí que las personas pueden cambiar, que pueden obtener ayuda. Aprendí que todos merecen respeto", dijo sobre trabajar con Gibson en la película. "La gente merece segundas oportunidades, terceras oportunidades, cuartas oportunidades. Ninguno de nosotros es infalible".
Gibson, persona non grata en las grandes producciones todavía hoy, prepara la filmación de la secuela de su mayor éxito como director, La Pasión de Cristo, así como la quinta película de Arma Letal, heredada tras la muerte de su director y amigo Richard Donner. Tiene listo para este mismo mes un nuevo thriller aéreo con Mark Wahlberg, Amenaza en el aire, de nuevo solo en calidad de directo
Y continúa: "Es un cineasta increíble y creo que merece hacer películas. Merece contar historias porque tiene un corazón muy, muy grande y compasivo. Es el tipo de director que sale de detrás de los monitores con los ojos húmedos. Sabía cuándo estaba bien y cuándo no estaba bien. Y realmente confié en él. Y es un narrador visceral, por lo que puede sentir... Es como si no pudiera evitar sentirlo todo. Es un tipo realmente empático".
Gibson fue detenido por la Policía en 2006, fecha de sus famosos exabruptos antisemitas. El actor pidió perdón pero más tarde sobrevino el polémico divorcio de Oksana Grigorieva, otro calvario mediático que acabo por arruinar su estatus de estrella.


