La producción de la nueva serie basada en los libros de Harry Potter de J.K. Rowling ha recrudecido la censura contra la autora británica por sus manifestaciones críticas en torno a la cultura trans y los movimientos de apoyo por parte del Ejecutivo británico.
El odio hacia Rowling ha obligado a su agencia de representantes, The Blair Partnership, a afirmar su apoyo a la autora, añadiendo que la empresa apoya ante todo la libertad de expresión y su compromiso solidario y creativo.
Las declaraciones de la agencia vienen al cabo de las presiones y los intentos de sabotaje de los dos proyectos en los que Rowling está implicada, la realización de la citada serie para HBO y los proyectos en torno al detective Cormoran Strike que lleva a cabo la BBC británica (y que Rowling escribe bajo el pseudónimo de Richard Galbraith).
La comunidad trans trata así de sabotear la presencia de Rowling en dichos proyectos, tal y como se explica en un extenso artículo de la web Deadline en el que se analiza la retórica de la autora acusada de transfóbica en su cuenta de la red social X.
Las críticas y la censura a Rowling proceden de varios ámbitos e instituciones. Bamby Salcedo, CEO de TransLatin@ Coalition, es uno de los responsables de las presiones, amenazando a Warner Bros y BBC de la potencial "violencia" contra su comunidad que causa Rowling. Freddy McConnell, periodista transgénero, ha atacado a la BBC, a la que califica de institución abiertamente transfóbica.
La activista Eva Echo, de All About Trans, critica que se mantengan vivos sus personajes e historias, que considera una "máquina de odio". Este mismo año, el reparto al completo de la famosa saga de películas Harry Potter -que no forman parte del nuevo proyecto de HBO- se posicionó en contra de la creadora de sus personajes en un escándalo que no hace más que crecer en su país de origen.
De momento, la única respuesta de Rowling a la creación de este clima de incomodidad es seguir con lo suyo: recientemente se comprometió a comprar un bolso Gucci de 5.000 dólares para una activista por los derechos de las mujeres, que califica el movimiento como "culto".
El apoyo de la agencia de Blair se produce en medio de toda una tormenta contra contra Rowling y se añade al de Casey Bloys, responsable de HBO, que en un acto en Londres este mismo mes reiteró que la compañía se siente "cómoda" con la implicación de la escritora, respetándotelos su "derecho a expresar su opinión". La BBC, por su parte, no se ha manifestado pero sí ha destacado el compromiso de la británica a la hora de crear "un entorno inclusivo que represente la diversidad del Reino Unido".
Las críticas de los movimientos "woke" no parecen, sin embargo, haber afectado a las ventas de Rowling y la saga Harry Potter, que este año habrían alcanzado una cifra récord de 62 millones de dólares. Deadline, sin embargo, lamenta la reticencia de la industria a discutir el asunto.
Five years ago today and my only regret is that I didn't speak out sooner. To every girl and woman who's paid a heavy price for fighting to retain their rights and boundaries, to every person striving to halt an appalling medical experiment on minors, I salute you. We will win. https://t.co/CLwIoV6UwZ
— J.K. Rowling (@jk_rowling) December 19, 2024
Tampoco parece que las presiones afecten a la propia Rowling, que en un tuit del pasado 19 de diciembre aseguró su único remordimiento es no haberse manifestado "antes" al respecto.