Juan José Primo Jurado, historiador y autor del libro El desembarco de Alhucemas, ha analizado este episodio clave de la historia española en el programa La Noche de Cuesta, de esRadio, dentro de la sección Historia Orgullosa de España.
En su intervención, ha reivindicado la magnitud de esta operación como una de las grandes gestas olvidadas del siglo XX. "Con orgullo, es una operación militar que no solamente es que funcionó desde el punto de vista militar, es que consiguió acabar con una guerra que estábamos perdiendo", ha explicado Carlos Cuesta.
El 8 de septiembre de 1925, España protagonizó junto a Francia lo que se considera el primer gran desembarco anfibio moderno de la historia militar. Diecinueve años antes del famoso Día D en Normandía, tropas españolas y francesas llevaron a cabo una operación sin precedentes: bajo mando único, y sobre una playa ocupada y fortificada por el enemigo, lograron establecer una cabeza de playa y avanzar sin retroceso.
Tal y como explica Primo Jurado, "los soldados de tierra eran españoles, los franceses estaban atacando por el sur también, y barcos franceses y aviones franceses participaron en el desembarco. Eso es una novedad, nunca se había hecho".
De Annual a la redención
El éxito de Alhucemas tuvo un impacto decisivo en la moral nacional. Tan solo cuatro años antes, España había sufrido el Desastre de Annual, una tragedia militar en la que murieron o desaparecieron más de 16.000 soldados. La confianza en el ejército estaba por los suelos y el país arrastraba el trauma del Desastre del 98.
Pero con el desembarco, España demostró una capacidad de recuperación admirable. Bajo el liderazgo político de Miguel Primo de Rivera y el mando militar del general Sanjurjo, las tropas españolas lograron revertir el curso de una guerra que parecía interminable.
"España pasa de un país en postración —que viene del 98, del desastre de Filipinas, del desastre del Barranco del Lobo en 1909 y de Annual en 1921— a recuperar el prestigio perdido", ha señalado el historiador.
La ofensiva en la bahía de Alhucemas no solo logró derrotar a las cabilas rifeñas lideradas por el mítico Abd el-Krim, sino que además sorprendió a los ejércitos de media Europa por su eficacia táctica y coordinación entre distintas fuerzas armadas.
La acción combinó elementos terrestres, navales y aéreos, incluyendo aviones que salieron del aeródromo de Melilla, y se convirtió en referencia para operaciones militares posteriores.
Una historia que merece ser contada
Pese a su relevancia, el Desembarco de Alhucemas ha quedado en la sombra de otras fechas más conocidas. Primo Jurado denuncia que, como sociedad, "somos más dados a deleitarnos en la derrota que a celebrar los logros". Su libro busca devolver a este episodio la visibilidad que merece y recordar que, durante unas semanas de 1925, España fue protagonista de una proeza militar que marcó el inicio de tres décadas de paz relativa en el norte de Marruecos.
Con su obra, el autor nos invita a "descubrir las estrategias y claves que propiciaron la pacificación del Protectorado, conocer a los protagonistas de uno y otro bando, y constatar la trascendencia de un episodio que inauguró una nueva etapa de estabilidad en la región".