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"Las medidas salvajes" de la Revolución Francesa: "La Vendée es el modelo de los holocaustos católicos"

Mujeres asadas en barras de hierro como animales, niños de un mes asesinados, se hacían pantalones con la piel de los degollados y pueblos arrasados.

Jiménez Losantos entrevista a Alberto Bárcena, autor del libro 'La Guerra de La Vendée'

El audio empezará a sonar cuando acabe el anuncio

La Vendée es un genocidio y un "memoricidio". El doctor en Historia Alberto Bárcena ha presentado en Es La Mañana de Federico el libro La guerra de la Vendée. Una cruzada en la Revolución (San Román), basado en la polémica tesis académica que destapó una de los capítulos más truculentos de la Revolución Francesa.

En las conocidas como las guerras de la Vendée las autoridades revolucionarias sometieron a esta región del oeste del país a una política de tierra quemada, terror de Estado, cometiendo un verdadero genocidio religioso "estructural": "mujeres asadas en barras de hierro como animales para obtener la grasa, niños de un mes asesinados, aprovechamiento para ropa de la piel de los degollados, pueblos arrasados…". El objetivo fue "la eliminación de un grupo social y religioso". La Vendée "es el modelo de los holocaustos católicos", es decir, se acaba con "los derechos fundamentales", de cientos de miles de personas..

"La tesis del héroe"

El libro de Bárcena es un acercamiento a la tesis académica "del héroe" que destapó, a mediados de los años 80, un episodio silenciado por la historiografía oficial, sentenciado a un "memoricidio". El trabajo "muy documentado" es La Vendée-Vengé. Le génocide franco-français del historiador de origen vandeano Reynald Secher. Su publicación ocasionó un terremoto en una Francia que se preparaba para celebrar el Bicentenario de la Revolución. Se quiso "silenciar lo que es una evidencia", comenta Bárcena: le intentaron comprar con grandes sumas de dinero y le amenazaron con acabar con su carrera. Finalmente no cedió, salieron a la luz los crímenes de los supuestos adalides de la "Igualdad, Fraternidad y Libertad" y fue condenado al ostracismo. Porque, como se apunta en la charla, la Revolución Francesa es el "dogma intocable para cualquier demócrata, es la madre".

En la entrevista se desmiente el apoyo cerrado a la Revolución. Sólo llega a controlar "el centro del país, lo que tiene más cerca", "de los 80 departamentos controlan 30". El caso de los vandeanos, por tanto, no fue algo aislado. La resistencia se dio en la mayoría de los recién creados departamentos franceses.

Cuentan Bárcena y Jiménez Losantos que los campesinos vandeanos fueron a buscar a los nobles para que les ayudaran a recuperar a los "buenos sacerdotes" secuestrados por los totalitarios por negarse a jurar la nueva Constitución. Son muchos "los personajes asombrosos", "los caudillos" que mueren sin que haya "ninguna apostasía". Se narra que "las familias van juntas a misa y a la guerra", que "no les importa morir".

"Acabar con el surco reproductor"

Contra ellos se toman "medidas salvajes", "vienen con el designio del exterminio". De hecho los mandamases de la Revolución "presionaron a los generales para que hicieran lo peor. Eran el diablo, es un ataque directo a la fe revelada". Matan a las mujeres para "acabar con el surco reproductor" de más católicos. "Las queman en hornos de pan". Las llamadas "columnas infernales matan a bebés con los cascos de los caballos. En los pueblos empiezan por coger a los niños, lo que luego hacen los bolcheviques, así tienen a los padres". Otra de las atrocidades fue fabricar "ropa con la piel de los vandeanos degollados. Curten la piel porque dicen que era muy buena para el invierno, para hacer pantalones de montar. Hoy se puede ver "en los museos" alguna muestra. Como señala el historiador "lo que aquí sucede es algo sin precedentes, es un modelo que abre una época". La Vendée es una escuela para "lo que luego pasa en México, en Rusia, en España, durante la Segunda República".

El lema de la resistencia fue "Rey y Dios". Explica Bárcena que "las contrarrevoluciones estallan tras la ejecución de Luis XVI, no acaban de dar crédito". Su hermana menor, Madame Élisabeth, que murió en la guillotina diciendo "¡Valor y fe en la misericordia de Dios!", está en proceso de beatificación.

El nombre de los genocidas, Robespierre, Carnot, Amey o Turreau está en centros públicos, calles, colegios o en el Arco del Triunfo mientras que las víctimas de la Vendée han pasado a la historia como traidores a la patria.

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