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'Deerbrook', de Harriet Martineau

Se publica en España este excelente retrato de la sociedad victoriana de la pionera de la novela feminista.

Se publica en España este excelente retrato de la sociedad victoriana de la pionera de la novela feminista.
Detalle de la portada 'Deerbrook', de Harriet Martineau. | Ático de los libros

Emilia Pardo Bazán (1851-1921) fue una mujer insistente. Hasta tres veces la RAE rechazó su ingreso. La gallega defendió férreamente que la liberación de la mujer solo podría ser una realidad a través de la educación y abogó por el libre acceso de éstas a la universidad. Con esta misma voluntad escribía la autora británica Harriet Martineau (1802-1876), considerada como la primera socióloga y periodista de Reino Unido. Se valió de la ficción para despertar en el lector esa conciencia y utilizaba a sus personajes para generar un debate maduro sobre la educación igualitaria, al mismo tiempo que defendía los derechos laborales y políticos de la mujer. Se publica en España por primera vez Deerbrook (Ático de Libros), un excelente retrato de la sociedad victoriana de la pionera de la novela feminista.

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Harriet Martineau no es demasiado conocida en nuestro país, pero su estilo y prosa recuerdan a otros grandes clásicos como Middlemarch, de George Eliot, Orgullo y perjuicio, de Jane Austen o Jane Eyre, de Charlotte Brontë. Deerbrook es el apacible pueblecito que da título a la novela y al que van a parar, tras perder a sus padres, las hermanas Margaret y Hester Ibbotson. La llegada de las refinadas damas altera la tranquilidad del paraje.

Martineau explora la naturaleza de la ignorancia, los prejuicios y los rumores, al mismo tiempo que ahonda en la efectividad de la presión social en un pueblo de provincias. La autora no rompe con el modelo de novela victoriana. Retrata con fidelidad esa sociedad –su pensamiento, aspiraciones, residencias, desigualdades y modales– con unos personajes femeninos que no dejan de estar supeditadas al hombre. Sin embargo, ilumina esas zonas oscuras que ensombrecían a la mujer y que creía que debían cambiarse.

En la era de las mil reivindicaciones, sería honesto acercarnos a escritoras que fueron capaces de forjar una carrera en el mundo de las letras en una época en la que las mujeres, como se refleja en la novela, eran consideradas intelectualmente inferiores y estaban abocadas al matrimonio o al escarnio público. Martineau escribió más de cincuenta libros y numerosos artículos. Según The Guardian, vendió más ejemplares de su obra que Dickens. La autora recibió una educación excepcional –como la que siempre demandó para el resto de niñas– siendo instruida en física, matemáticas, latín, astronomía o historia. Los parámetros que marcaban la diferencia.

Harriet Martineau nació en Norwich y, tras la muerte de su padre, se mudó a Londres donde se relacionó con intelectuales ingleses de su época. Se movió en el círculo de William Wordsworth, John Stuart Mill, Thomas Carlyle, George Eliot, Charles Dickens, Florence Nithingale o Charles Darwin. Las biografías apuntan a un romance con Erasmo Darwin, no del todo bien recibido por el padre de éste.

La autora fue una gran viajera, otra conquista en una época en la que no era común que una mujer emprendiese largos viajes y menos en solitario. Recorrió Oriente Próximo, Egipto o Estados Unidos, culturas distintas que le hicieron ampliar el abanico de temas a tratar en sus novelas: la religión, las desigualdades entre las clases, la esclavitud o la economía política. Martineau creía firmemente en el poder de las palabras y de los libros, en la posibilidad de reflexionar y crecer intelectualmente sin renunciar al entretenimiento de un relato de ficción.

Harriet Martineau. Deerbrook. Ático de libros, 2019. Traducción de Claudia Casanova. ISBN: 978-84-16222-98-8. 536 págs.

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