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La RAE lamenta el "daño" que hizo a Pardo Bazán

En su momento, se rechazó su entrada en la Academia porque no reunía las condiciones objetivas, es decir, que no era un hombre.

En su momento, se rechazó su entrada en la Academia porque no reunía las condiciones objetivas, es decir, que no era un hombre.
Homenaje de la RAE a la escritora Pardo Bazán. | EFE

La Real Academia Española (RAE) lamentó el "daño" que hizo en su día a la escritora, periodista y feminista Emilia Pardo Bazán al no permitirle ser académica por el hecho de ser mujer, en un acto de homenaje celebrado en esta institución en la que la han "sentado" en su inexistente silla 47.

Un día después de cumplirse el centenario de su muerte, el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, reconoció que Pardo Bazán (La Coruña, 1851- Madrid, 1921) "sufrió mucho" por el rechazo de la Real Academia e indicó que, aunque no se puede "enmendar la historia", la escritora debería sentarse en su simbólica silla 47 (solo hay 46 académicos de número).

Una petición a mano

Muñoz Machado leyó en el acto una carta que Pardo Bazán dirigió a la RAE en marzo 1914, escrita de su puño y letra, solicitando su ingreso en la misma, una misiva en la que explicaba sus méritos literarios e institucionales, los libros que había publicado y los cargos que había ocupado. Una forma "insólita", ya que los estatutos exigen que firmen la propuesta de ingreso tres académicos de número, aunque no fue una "extravagancia" porque en el siglo XIX se permitían también las peticiones individuales, recordó el director de la RAE, según recoge EFE.

Como contestación a la carta, existe un documento que no está firmado, dijo Muñoz-Machado, en el que se señalaba que no se iba a tramitar la petición porque no reunía las condiciones objetivas, es decir, que no era un hombre.

Tras la muerte de Pardo Bazán, la marquesa de San Luis pidió en 1921 a la RAE que se la designara académica honoraria para reparar el daño que se le hizo, pero la Academia de la Lengua no estimó la petición, aunque su entonces presidente, Antonio Maura, explicó que no había sido admitida a trámite por razones de orden objetivo.

Anteriormente a Pardo Bazán, en el siglo XIX se rechazó también la entrada en la RAE por ser mujer a la escritora hispano-cubana Gertrudis Gómez de Avellaneda. Y hubo que esperar al año 1977 para que entrara como primera académica Carmen Conde.

"Feminista y conservadora"

La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Carmen Calvo, agradeció a la Real Academia el acto de homenaje y a su director sus "sinceras y valerosas palabras" reconociendo el daño que la institución hizo a Pardo Bazán.

"¡Qué interesante sería escuchar los comentarios de Pardo Bazán sobre este acto, no tendrían ningún desperdicio!", dijo la vicepresidenta, quien ha indicado que, aunque la historia no se puede rectificar, confía en que "el simbólico sillón 47 sea una fórmula de reconocimiento del valor literario de Emilia Pardo Bazán y de las injusticias de las que las mujeres sabemos tanto".

Calvo destacó la importancia para las letras españolas de la vigencia de la obra de Pardo Bazán y también para las mujeres: "Una de las pocas mujeres que en la historia llevan el doña", lo que demuestra la seguridad y la capacidad que tuvo en circunstancias adversas para ser ella misma y su "inmensidad".

"Supo ver muy por adelantado cuál iba a ser la evolución de las mujeres; pudo ser feminista siendo conservadora", recalcó la vicepresidenta, que recordó que la escritora dio "un empujón" extraordinario a las libertades, a la suya, a la de las mujeres y, por ende, a la del conjunto del país.

El mayor error de la RAE

El exdirector de la RAE y experto en la figura de Pardo Bazán Darío Villanueva consideró que "el error mayor que la RAE ha cometido en sus 300 largos años" fue 1853 responder a Gertrudis Gómez de Avellaneda que no podía entrar en la academia porque los estatutos no lo permitían y repetirlo en 1914 con la escritora gallega.

Fue un "error interesado", en opinión de Darío Villanueva, para cerrarle la puerta, aunque recordó que no todos los académicos pensaban lo mismo y ocho votaron a favor de ella: "Si hubiera entrado en la RAE, la Academia habría sido diferente de lo que fue", opinó.

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