Desde que en 1492, mediante el Edicto de Granada, los judíos fueron expulsados de España, la sombra de aquella decisión ha planeado sobre el devenir peninsular sin permitir nunca que nadie sepa la verdadera magnitud de su desenlace. Algunos han hablado de fantasma del miembro amputado, otros, simplemente, han preferido centrarse en la labor de la Inquisición para comprender hasta qué punto la intolerancia religiosa que se desató en Castilla y Aragón sembró un estado de paranoia colectiva que condicionaría notablemente el avance hacia el progreso del que estaba a punto de convertirse en el mayor Imperio sobre la tierra.
Uriel Macias lo explica así: "España se volvió miedosa. La Inquisición, más allá de perseguir judaizantes, generó miedo. Cualquier atisbo de libertad de pensamiento era perseguida. A partir de entonces, España se fue desfasando científicamente con respecto al resto de Europa. Construyó el mayor Imperio que han visto los tiempos, pero no consiguió centrar sus esfuerzos en generar riqueza. Casi todo el oro de América, como llovido del cielo, fue invertido en guerras. No hubo un mecanismo lógico para la creación de las riquezas propias. Y todo eso no tuvo que ver directamente con la expulsión de los judíos, pero fue el reflejo de una España intolerante y alérgica a las ideas de fuera. Una España encerrada en sí misma, tierra de hidalgos que no trabajaban, temerosos de no ser considerados cristianos viejos. Cada una de esas cosas fue marcando la mentalidad española hacia el progreso".
El vacío que dejó la comunidad judía sigue sin ser del todo conocido. Al contrario que la España musulmana, más importante a nivel político y demográfico, el rastro de los hijos de Israel es mucho más etéreo y difícil de rastrear. Por eso, la última publicación de Bibliotheca Sefarad adquiere un cariz de acontecimiento. "Un libro recopilación de libros", explica Macias. Una biblioteca propia, de cerca de 500 páginas, en las que se comentan más de 400 ejemplares de la propia Bibliotheca Sefarad, especializada en la bibliografía hispanojudía. "Antes que nada, para lo que sirve La realidad judía en la Historia de España y su diáspora es para conocer qué se ha escrito sobre los judíos en España a lo largo de cinco siglos. Qué ha interesado a editores, escritores y lectores acerca de la realidad judía, y qué han escrito los propios judíos de aquí".
"Este libro abarca prácticamente todo el abanico de tema judío que hay en la biblioteca, pero, de entre los 20.000 volúmenes que tiene, se han seleccionado los libros más raros, los más antiguos, los más curiosos y los más valiosos", añade. "Es un libro interesante tanto para la gente curiosa acerca de la historia judía en España como para los bibliófilos. A los historiadores y a la gente interesada en la producción bibliográfica española antigua. Quien lo hojee, se encontrará no sólo con la descripción de libros raros, sino con un comentario que los ubica en su contexto". Además, cada uno de ellos consta de un código QR que remite directamente a su versión digital completa.
Tras rastrear el historial editorial de tema judío publicado en España tanto antes como después de la expulsión, se llega a una conclusión concreta: "Exceptuando los centrados en la historia sagrada de los tiempos bíblicos, el 90% eran libros antijudíos", explica Macias. Y de esa forma han dividido cada uno de los cinco apartados del volumen, introducido por textos de expertos que aportan información al respecto. José Ramón Magdalena escribe sobre los Judíos en España; José Antonio Escudero sobre La Inquisición; Moisés Orfali sobre Contra Judaeos; Harm den Boer sobre Sefárdica; y Jon Juaristi es el encargado de una Miscelánea final.
Y es que otro tema recurrente tiene que ver con los sefardíes. "Al contrario de los tópicos que han perdurado aquí, el pueblo sefardí no es un museo andante que conserva la cultura hispana del siglo XV como si no hubiese pasado el tiempo. El ladino, como lo llaman algunos, es un castellano que siguió una evolución distinta, influido por las lenguas de las distintas culturas en las que se asentaron los hispanojudíos expulsados. Y lo mismo se puede decir de sus romances y canciones. No se trata de una cultura estática, porque una cultura estática es una cultura muerta. Simplemente es una cultura que ha evolucionado mucho más aislada que la del resto de comunidades hispánicas". La realidad judía en la Historia de España y su diáspora recupera muchos de los "no menos de 5 mil libros escritos por sefardíes a lo largo de los siglos. Uno de esos pequeños rastros que quedaron ocultos para la gran mayoría de españoles que permanecieron en su hogar.