
El mundo de la cultura, las letras y el pensamiento crítico español se despide de una de sus figuras más brillantes. Julia Escobar, escritora, traductora y colaboradora destacada de Libertad Digital, ha muerto esta madrugada después de una larga lucha contra la enfermedad. Nos deja un legado extraordinario de erudición, rigor y pasión por el conocimiento.
Nacida en Madrid en 1946, Julia dedicó su vida a las palabras, no sólo como creadora, sino como puente entre lenguas, culturas e ideas. Su destacada labor como traductora abarcó a autores de la talla de Colette, Julio Verne, António Ramos Rosa y Stèphane Courtois. Su traducción de Lenin, el inventor del totalitarismo (con prólogo de Federico Jiménez Losantos) marcó un hito en el ámbito editorial español. Con esta obra, Escobar acercó al público hispanohablante una mirada penetrante sobre las raíces del totalitarismo, demostrando una vez más su maestría al trasladar al castellano la profundidad analítica y el rigor intelectual de los textos originales.
A lo largo de su carrera, Julia fue reconocida por su excelencia y compromiso con las letras. Fue galardonada con el Premio Francisco de Quevedo por su poemario Fluyen permanentes y distinguida como Chevalier dans l'Ordre des Arts et des Lettres por el Ministerio de Cultura de Francia, en reconocimiento a su excepcional labor como traductora y promotora de la cultura francesa. Estos logros reflejan su dedicación incansable por enriquecer la vida cultural y literaria.
En Libertad Digital, Julia se convirtió en una referencia ineludible, ofreciendo con cada artículo una visión aguda, honesta y profundamente cultivada sobre temas culturales, literarios y políticos. Su capacidad para iluminar las complejidades de nuestro tiempo le valieron el aprecio y respeto de sus lectores, quienes encontramos en sus textos un faro de claridad y reflexión.
Como autora, cultivó la poesía y la narrativa, dejando obras como el poemario Fluyen permanentes y la novela Nadie dijo que fuera fácil. Su legado literario, sumado a su prolífica carrera como traductora, constituye un aporte invaluable a la cultura y al pensamiento. Estudiosa de Emilia Pardo Bazán.
Pero Julia Escobar no fue solo una intelectual brillante, sino también una defensora incansable de la verdad, la libertad y el diálogo cultural. Divertida y ocurrente, su vida y su obra nos inspiran a seguir explorando, cuestionando y recordando el valor de las ideas y la responsabilidad que a todos nos compete por pensarlas siempre de forma honesta.
Hoy despedimos a Julia Escobar con gratitud y con la certeza de que su legado permanecerá como un testimonio de integridad, pasión y compromiso.

