

El escritor José Calvo Poyato (Cabra, Córdoba, 1951), uno de los autores españoles más reconocidos en novela histórica, acaba de publicar Dueños del Mundo (HarperCollins), ambientada durante el reinado de Felipe II, el momento de mayor extensión del Imperio español. El título, tiene poco de figurado. "Felipe II es el monarca con más poder de su tiempo y, de alguna manera, los españoles de la época se consideraban casi dueños del mundo. De hecho, cuando regresó de Portugal tras incorporar la corona portuguesa a la monarquía hispánica, el gobierno acuñó una medalla con un lema en latín que decía ‘Non Sufficit Orbis’ (‘El mundo no es suficiente’). Se vinieron muy arriba", explica el autor a Libertad Digital.
En 1580 Felipe II fue proclamado rey de Portugal. La anexión no solo significa incorporar la metrópoli, sino todos sus territorios y esto significaba que en los dominios del rey de España no se ponía el sol: "Se extendían por los cuatro continentes que se conocían por entonces".
La sucesión al trono de Portugal es parte de la trama de Dueños del mundo. "Se produjo entonces un debate muy fuerte, derivado de la muerte sin descendencia de Sebastián I en la batalla de Alcazarquivir. El derecho legítimo recaía en su tío, un cardenal que era muy mayor y que, por razones obvias no podía tener descendencia. A su muerte, hubo varios candidatos. Felipe II recibía los derechos de su madre, la emperatriz Isabel, mientras que su prima, la duquesa de Braganza, doña Catalina, los recibía de su padre. Se prefería la preeminencia del hombre sobre la mujer en los derechos sucesorios y Felipe logró que ella renunciara, de modo que se convirtió en el legítimo heredero", explica el escritor.
Felipe II fue "el campeón de la contrarreforma" y tuvo un papel decisivo para evitar el avance de los otomanos por el Mediterráneo, pero la relación con la santa sede no fue fácil. "El Papa señaló que, como Portugal era un reino cristiano, debía ser la Iglesia quien decidiera sobre su futuro y esto despertó la ira de Felipe II. Las relaciones fueron particularmente tensas".
No obstante, a Felipe II no le bastó la diplomacia y tuvo que recurrir a las armas tras la oposición de Antonio, prior de Crato: "Los Tercios volvieron de distintos puntos de Europa, se concentraron en Badajoz y, al mando del Duque de Alba, cruzaron la frontera".
Leyenda negra
La Historia nos ha dejado una imagen de Felipe II discutible, según las fuentes a las que se acceda. "He querido plantear una imagen muy distinta de Felipe II a la que la leyenda negra nos legó. Sus enemigos franceses, holandeses e ingleses no tenían mucho que hacer contra Felipe II en el campo de batalla ni en la política, así que le ganaron en el relato. La leyenda negra creó la imagen de un personaje siniestro. Hasta el hecho de que vistiese de negro se usó como un elemento más contra el monarca cuando, en realidad, vestía con el color de moda. Los españoles habían logrado un negro muy brillante con las pinturas que venían de América y causaban admiración en las cortes europeas. Hasta ese detalle de vestimenta fue usado por Guillermo de Orange para ahondar aún más en ese personaje perverso".

Calvo Poyato reconoce que Felipe II "cometió errores, pero tuvo virtudes extraordinarias" y, en esta novela, ha optado por dar una visión más "equilibrada": "Hay cartas a sus hijas en las que le pregunta si se han hecho los trajes con las telas que les ha mandado. Esto da una imagen del rey mucho más humana que dista bastante del perfil siniestro que sus enemigos han querido dejarnos y que muchos compatriotas, muchos españoles, se han creído", insiste Calvo, que apunta que su novela da "una imagen más matizada y, sobre todo, más cierta y verdadera que la que sus enemigos nos han dejado".
¿Buen gestor?
Como gestor, el monarca tomó decisiones controvertidas. Le debemos una de "las grandes maravillas arquitectónicas de España, el monasterio de El Escorial, que nos sigue impresionando", y que además de monasterio, era panteón real, lugar de retiro, biblioteca y centro de estudios. Se gastó grandes cantidades de dinero en El Escorial, lo que puede interpretarse de diferentes formas", apunta el escritor egabrense.

También fueron cuestionables algunas de sus decisiones militares. "Concentró al ejército en Badajoz, al sur del Tajo, y esto parece que no tenía lógica porque Lisboa está al norte. Debía movilizar una escuadra de más de 100 barcos, con el coste económico que eso tenía. Pero tenía una razón, pues recordaba la gran derrota del ejército castellano de Aljubarrota, 200 años antes".
De hecho, Felipe II "tuvo que declararse en bancarrota en más de una ocasión". "Estados Unidos, en este momento, tiene una deuda externa abrumadora y comete empresas abrumadoras. Es el país más poderoso del mundo", compara.
Alquimia
Para mantener un imperio tan extraordinario, no eran suficientes el oro y la plata que llegaban de América. Parece descabellado, pero con la mentalidad del siglo XVI, una solución pasaba por dar con la fórmula que transformase los metales viles en preciados. "Felipe II era un hombre culto, pero los hombres cultos de la época eran aficionados a los temas esotéricos y en la biblioteca de El Escorial había libros muy interesantes sobre ciencias ocultas y tratados de alquimia. También tenemos muchas obras de El Bosco hoy en día por el carácter misterioso de sus cuadros, que le atraían al monarca".
Esto enlaza con la trama de la novela, que arranca en el Madrid de 1576. El alguacil Diego de Paz, veterano de los Tercios, se hace cargo del hallazgo de un cuerpo cruelmente torturado, un boticario con fama de alquimista. Conforme avanza en sus investigaciones, se adentra con una peligrosa trama que apunta a altas instancias del poder.
La novela cuenta con una cuidada ambientación que lleva al lector a las calles de la España del Siglo de Oro, con sus mentideros, iglesias y tabernas, así como a las salas y corredores de El Escorial y del Alcázar Real. También hay espacio para hablar de la parte rosa del rey: "Se casó cuatro veces y tuvo amantes. Se dice que sostuvo amores con Ana de Mendoza, la esposa de uno de sus hombres más próximos. Se trata de la princesa de Éboli, la tuerta. Contaban que uno de los hijos de ésta, el duque de Pastrana, era hijo de Felipe II. No se puede afirmar con contundencia, pero el rumor estaba en la corte".
José Calvo Poyato. Dueños del mundo. HarperCollins Ibérica, 2025. ISBN: 9788410642348. Nº de páginas: 576 págs. Precio papel: 24,90 €.