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Sánchez Bernal: "Vivimos en un momento de cinismo total y damos por hecho que el sistema está podrido"

El escritor se adentra en túneles sellados y pasadizos secretos de Madrid en su segunda novela, Atrapada en la oscuridad.

El escritor se adentra en túneles sellados y pasadizos secretos de Madrid en su segunda novela, Atrapada en la oscuridad.
Toni Sánchez Bernal, escritor. | Javier Ocaña
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Toni Sánchez Bernal (Tarragona, 1990) debutó en la ficción con Ofensa del frío y regresa con un thriller inquietante en el que explora la moral, los principios, la venganza y la impunidad mientras se adentra en el subsuelo de Madrid. Se trata de Atrapada en la oscuridad (Planeta), escrito porque necesitaba "exorcizar ciertos miedos y explorar temas que le preocupan".

Antes de tener incluso la trama, a Sánchez Bernal le acompañaba uno de sus protagonistas, "un policía novato, idealista, que tenía bien presente que era un servidor público y eso le obligaba a ser intachable éticamente. "Para mí, la novela policial es una actualización de la novela de caballería y este personaje es un metáfora moderna del caballero de armadura reluciente", añade.

La novela arranca con la ejecución, frente a una comisaría, de una mujer que llevaba casi tres décadas desaparecida. Una inspectora con métodos cuestionables y un policía acosado por Asuntos Internos tratarán de descubrir dónde estuvo este tiempo y qué ha pasado para morir así. A través de esta pareja, el autor traslada al lector la pregunta sobre si se puede salir indemne de la lucha contra el mal.

Sánchez Bernal considera que "aunque vivimos en un país con muchas cosas a arreglar", cuando necesitamos ayuda podemos contar con la policía. "Siempre salen las ovejas negras en las noticias, pero hay una inmensa mayoría de profesionales de la policía, el periodismo o la política que quieren contribuir a la sociedad y hacer un mundo mejor".

El subsuelo de Madrid

Uno de los mayores atractivos de esta novela son sus escenarios, pequeños pasadizos que llevan abandonados años e incluso siglos en el subsuelo, un territorio inaccesible y sórdido en la capital. "Desde pequeño, al pasear por Madrid, me fascinaba saber que bajo mis pies había un túnel que había sido usado por un rey para acudir al teatro sin mezclarse con el populacho o para visitar a sus amantes. Existe una especie de puerta secreta, con un muro de ladrillo, que tapia el pasillo que conecta el Ateneo de Madrid con el Congreso. Están abandonados en la oscuridad más absoluta. Quería hablar de enclaves reales para que el lector vea la capital con ojos nuevos".

Este Madrid oscuro y desconocido encuentra su paralelismo en la propia sociedad: "El Madrid oculto también es el Madrid de los narcopisos, una lacra que estamos sufriendo. Tengo amigos que han tenido que cambiar de residencia porque han abierto un narcopiso al lado. En pleno centro de Madrid. Es una lucha titánica por parte de los cuerpos de seguridad del estado. Como policía, es una lucha muy difícil. Cuando consiguen desmantelar uno, abren otro al lado. Vivimos de espaldas. El ciudadano se pregunta si no se puede agilizar la justicia para que la policía pueda actuar.

Sánchez Bernal se sirve de esta historia para explorar "la sensación de impunidad, que damos por hecho que hay una gran mayoría de criminales que se va a salir con la suya". Cree que hemos aceptado que "grandes criminales son intocables o que las argucias de algunos abogados facilitarán que sus clientes salgan libres". "Ante esta situación, al ciudadano se le puede pasar por la cabeza tomarse la justicia por su cuenta, pero eso sería el lejano oeste", asegura.

Las raíces de la novela negra

Precisamente, sería esa impunidad que percibe la sociedad -sobre todo ante políticos y poderosos- la que explicaría el gran éxito de la novela negra. "A raíz de la crisis económica de 2008 vimos las costuras del sistema y ahora vivimos en un momento de cinismo total. Damos por hecho que el sistema está podrido y que no podemos hacer nada. La novela negra nos permite hablar de esto y hacer una radiografía de los distintos estratos sociales".

Sin embargo, cree que no es necesario "revolver el estómago del lector con muertes y detalles macabros y escabrosos". Prefiere mirarse en el espejo de Alicia Giménez Bartlett, Lorenzo Silva o Domingo Villar, "autores de una novela negra que ya no tiene lugar". "Ojalá volvamos al origen", desea.

Sánchez Bernal viene del mundo del guion y asegura que, en comparación con la literatura, "son disciplinas muy distintas que no tienen nada que ver". " A veces siento que desde el mundo literario se me mira con desdén por venir del mundo del guion, como si no fuera un escritor de verdad. Eso me genera mucho dolor. Hay que combatir esos prejuicios", revindica.

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