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"El Danubio Azul" emprende un viaje espacial a donde nadie ha estado jamás

Viena y la Agencia Europea del Espacio envían el famoso vals al espacio a la velocidad de la luz en el 200 aniversario del nacimiento de Strauss.

Viena y la Agencia Europea del Espacio envían el famoso vals al espacio a la velocidad de la luz en el 200 aniversario del nacimiento de Strauss.
"El Danubio azul" fue transmitido en directo al espacio desde Cebreros interpretada por la Orquesta Filarmónica de Viena. | EFE

"El Danubio Azul", el vals más famoso en el planeta Tierra, salió este sábado de gira intergaláctica en una misión que combina tecnología, cultura y promoción turística, organizada por Viena y la Agencia Europea del Espacio (ESA) y en el que la antena de la localidad abulense de Cebreros, cerca de Madrid, juega un papel esencial.

Los acordes de la pieza de Johann Strauss hijo (1825-1899), con el que cada 1 de enero buena parte de la humanidad recibe al año nuevo en el famoso concierto desde Viena, fueron retransmitidos al Universo en un concierto en la capital austríaca, que conectó en directo con la antena de la ESA en esa localidad española.

Fueron enviadas a Cebreros y comprimidas en forma de ondas electromagnéticas -el sonido no viaja por el vacío del espacio-, para ser lanzadas al espacio a la velocidad de la luz.

La sonda Voyager 1

La propuesta consistía en que la señal alcanzase y adelantase a la sonda Voyager 1, que la NASA envió al espacio en 1977 y que está ya a 25.000 millones de kilómetros de La Tierra, con lo que es el objeto fabricado por seres humanos que más lejos ha viajado.

Así, la música de Strauss "continuará viajando al espacio para siempre", señala Josef Aschbacher, director de la ESA, a preguntas de EFE durante un encuentro con un reducido grupo de medios.

De esa manera, como se anunciaba en la mítica serie de televisión Star Trek, Strauss y su música llegarán adonde nadie ha estado antes. La señal se irá debilitando conforme se diluya en el espacio pero, en teoría, podría ser captada por una hipotética civilización extraterrestre.

¿Hay alguien?

"Supongamos que alguien es capaz de recibir estas ondas electromagnéticas. Si pudiera decodificarlas y convertirlas, podría escuchar la música", resume Aschbacher, quien aclara que es muy baja la probabilidad de que alguien esté ahí fuera con una antena recibiéndolas.

"Estamos preparados", bromea Norbert Kettner, director de la Oficina de Turismo de Viena sobre la eventualidad de que los extraterrestres decidan sumarse a los ocho millones de visitantes que tuvo la capital austríaca el año pasado.

200 aniversario

Su oficina ha organizado esta misión de Vals hacia el espacio dentro de la campaña de promoción por el 200 aniversario del nacimiento de Strauss, que se celebra este 2025.

A ese cumpleaños se suman el 50 de la fundación de la ESA, el 20 de la antena de Cebreros y el 125 de la Orquesta Sinfónica de Viena, que ofreció el cósmico concierto desde el Museo de Artes Aplicadas de Viena.

Tim Dokter, su director artístico, explica, también entre risas, la responsabilidad que supone pensar que si algo sale mal en la interpretación, el "error estará en el espacio para siempre".

El vals de Strauss quedó para siempre asociado a la exploración espacial por sonar de fondo durante una famosa escena de la película 2001-Una odisea del espacio dirigida por Stanley Kubrick y estrenada en 1968.

De hecho, con este Vals al espacio, Turismo de Viena y la ESA quieren corregir que esta pieza no se incluyera entre las 27 que se grabaron, con mensajes y dibujos, en los discos que transportan las sondas Voyager 1 y Voyager 2, lanzadas al espacio en 1977 como embajada de la Humanidad para eventuales civilizaciones extraterrestres.

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