Gypsy, en resumen, es el desvarío del que ansía el éxito por encima de todo. Llega a Madrid, al Teatro Apolo, de la mano de Antonio Banderas y protagonizado por Marta Ribera, una de las grandes voces del teatro musical español.
La producción original de Broadway se estrenó en 1959, con Ethel Merman, y fue nominada a ocho premios Tony. Desde entonces, se ha representado en medio mundo, desde México a Japón, pasando por Alemania, Sudáfrica o Brasil. En 1962, se adaptó al cine por Mervyn LeRoy con Rosalind Russell, Natalie Wood y Karl Malden en los papeles principales.
El musical se basa en hechos reales, en la historia de Louise Hovick (1911 - 1970), una "cateta de Seattle" que llegó a ser una de las figuras más destacadas del género burlesque de la primera mitad del siglo XX bajo el nombre de Gypsy Rose Lee. Su carrera comenzó por otros derroteros, actuando junto a su hermana June en teatros de vodevil bajo la dirección de su madre, una mujer capaz de pagar cualquier precio por que sus hijas fueran estrellas.
La joven Louise fue empujada por su madre a desnudarse en teatros de medio pelo hasta convertirse en la mejor. Aparecía en las revistas, se relacionaba con personalidades de la cultura y era invitada a las fiestas más exclusivas. Dicen que su residencia estaba decorada con obras de Miró, Picasso, Chagall o Max Ernst, obsequios de los propios artistas. Hoy cuenta con una estrella en el paseo de la fama de Hollywood.
Su infancia y adolescencia, su paso de niña bien a artista del desnudo y, sobre todo, esa relación con su madre entre el amor y la toxicidad más absoluta, centró las memorias que publicó en 1957 bajo el título de Gypsy, que dieron lugar a este musical.
Gypsy nunca se había representado en España. La propuesta de Antonio Banderas renueva la puesta en escena. Cuenta con libreto de Arthur Laurents, música de Jule Styne y letras de Stephen Sondheim.