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ANIVERSARIO DEL ÉXITO DE JAPÓN

Cinco años de la España de oro

En Saitama España tocó el cielo logrando el oro en una inolvidable final ante Grecia. Cinco años después, quiere seguir con los éxitos.

En Saitama España tocó el cielo logrando el oro en una inolvidable final ante Grecia. Cinco años después, quiere seguir con los éxitos.

Este tres de septiembre de 2011 no pasará a la historia de la selección española de baloncesto. Inmersa en el Eurobasket de Lituania, este sábado disfruta de una jornada de descanso previa al choque más complicado hasta el momento, precisamente ante los locales.

Sin embargo, el tres septiembre de 2006 no podrá ser olvidado por ningún jugador de la selección, ni por ningún aficionado al baloncesto. Porque hoy justo se cumplen cinco años desde que España se proclamó, por primera vez en su historia, campeona del mundo. Y desde aquel día los éxitos no han cesado.

Seis jugadores de aquella gesta siguen en el combinado nacional: Calderón, Navarro, Rudy Fernández, Felipe Reyes y Pau y Marc Gasol. Ninguno de ellos es capaz de olvidar nada de aquel hito, de aquella jornada maravillosa para el deporte español.

Ese día se pasó por encima de Grecia en la final. 70-43 fue el marcador final, un resultado que, lejos de reflejar la debilidad de los helenos muestra la tremenda superioridad de los españoles. No hay que olvidar que los de Giannakis habían eliminado a Estados Unidos en las semifinales, que se dice pronto.

A España lo que más le costó fue también la semifinal, frente a Argentina, en la que la albiceleste tuvo la victoria en un último tiro del Chapu Nocioni que escupió el aro. La final fue otra historia. "Aquel partido lo resolvimos tan pronto que ni siquiera sufrimos", señala Juan Carlos Navarro en unas declaraciones que recoge Marca.

Muchas son las imágenes que quedan para el recuerdo. Las cintas japonesas –que compraron Felipe y Berni Rodríguez- que se pusieron todos los jugadores en la cabeza nada más lograr la victoria, o la pocha imaginaria que disputaron los jugadores sobre el parqué. "Cosas así demuestran que este equipo es una gran familia, una auténtica piña" ha afirmado Rudy Fernández, uno de los más jóvenes de aquél equipo campeón.

Pero sin duda la escena más recordada es la de Pau Gasol con muletas en el banquillo, sumergido en un mar de lágrimas nada más terminar el encuentro. El pívot catalán se había lesionado en la semifinal ante Argentina, y no estuvo disponible ante Grecia. Siempre se ha asegurado que esa baja hizo aún más fuerte al equipo en la final –'Pau también juega' mostraron los jugadores en una camiseta al saltar al parquet-.

"Si me dicen ahora 'Pau, te rompes el pie y ganamos el Mundial', me lo rompo yo mismo" ha señalado el entonces jugador de los Grizzlies, asegurando que esa final de Saitama es el mejor recuerdo de los diez años que lleva como internacional.

"Disfruté como nunca viendo a mis compañeros hacer el partidazo que hicieron, que me lo dedicaran, no podía parar de llorar tras ganar", afirma Pau. El primero que se le acercó nada más proclamarse campeones fue Marc Gasol, quien le colgó la cinta japonesa y rompió a llorar junto a él, fundidos en un emotivo abrazo. Era su hermano de sangre, pero en aquella selección que tocó el oro hace cinco años todos eran hermanos.

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