
El Real Madrid ha perdido dos partidos clave contra rivales directos en la Liga Endesa. Le metió mano el Baskonia y el Barça se impuso en el Clásico. Dos partidos que han incrementado las dudas que muchos aficionados merengues tienen sobre si su entrenador, Chus Mateo, está capacitado para sacarle todo el jugo que tiene su actual plantilla.
Tras un comienzo de temporada dubitativo, donde el nombre de Mateo comenzaba a estar en la picota, el Madrid reaccionó con ocho victorias consecutivas que parecían enterrar el hacha de guerra. Sin embargo, el doble batacazo navideño ha abierto de nuevo el debate. Con dos rivales de entidad, como el Baskonia y el Barcelona, un plantillón como el que tiene el Real Madrid no ha dado la talla.
Tácticamente, el plan de Chus Mateo de fiarlo todo a darle balones en el poste al gran Walter Tavares parece muy pobre. El juego colectivo de un plantel cargado de estrellar deja mucho que desear. Solo hay un plan que se ejecuta pase lo que pase. El rival te estudia, te coge la matrícula y si no evolucionas estás muerto. Hay equipo para más, mucho más. Individualmente sorprende el rol de jugadores que llegaron para ser importantes y a los que el técnico parece infrautilizar. Especialmente sangrante es el caso de Mario Hezonja. Tras 100 días de temporada, no se entiende que al croata se le utilice únicamente para correr la pista y ejecutar un catch&shoot.
Estéticamente, el cambio que ha dado el equipo con Chus Mateo no ayuda. Con Pablo Laso, su sombra es tremendamente alargada, el equipo era frenético, puro vértigo, alegría, y emoción. Hoy por hoy se ha convertido en un conjunto triste, lento y previsible.
Habría que preguntarse si Mateo tiene el apoyo de todo el vestuario. Se le vio muy nervioso en el último cuarto ante el Barcelona y a la hora de la verdad siempre termina tirando de su guardia pretoriana. No parece que con Chus exista la meritocracia, es mucho más de jerarquías y eso a los nuevos los mata. ¿Cómo explicas que Llull y Causeur sean imprescindibles cuando atraviesan momentos discretos? ¿Qué pensará el bueno de Musa cuando ante el Barcelona sigue en el banco a pesar del lamentable partido del galo?
Preguntas en el aire que el técnico deberá encontrar respuesta adecuada en la pista. La confianza de una gran parte de la afición en su capacidad para exprimir todo el talento que tiene a su alrededor está de nuevo en entredicho. Y veremos la paciencia que tienen en los despachos. Tras la oscura salida de Laso y la cobra de Campazzo, si el Madrid sigue haciendo aguas en los partidos importantes, la afición puede que deje de mirar al banquillo para comenzar a hacerlo un poco más arriba.
