
Desde que, por el bien de la salud del deporte de la canasta, se regularizaran los ascensos y descensos a la Liga Endesa tras la resolución en 2017 de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) por la que se abolía el canon de acceso a la máxima categoría del baloncesto español, la pelea por la permanencia en la Liga Endesa ha ganado sin duda enteros en lo que a su interés se refiere. Lejos quedan ya esos años en los que la ACB se convirtió poco menos que en una liga cerrada en la que durante más de un lustro apenas hubo equipos que perdieran la categoría —ni otros que pudieran acceder a la misma—, afectando notablemente al interés de la competición. Sin ir más lejos, la temporada pasada fueron dos plantillas llamadas a cotas mayores, y de hecho con recientes éxitos en competición europea, el Morabanc Andorra y el San Pablo Burgos, los que acabaron cayendo a una LEB Oro en la que sigue también el histórico Movistar Estudiantes.
Este curso, la encarnizada pelea por mantenerse en ese selecto club que es la mejor liga doméstica de Europa vuelve a adquirir protagonismo con el paso de las jornadas, dándose además una circunstancia nunca vista hasta la fecha desde que la ACB se instaurase en España en la temporada 1983-84. Y es que, a estas alturas ligueras, superada ya la primera vuelta y con, en concreto, 18 jornadas disputadas, hasta tres equipos cuentan con solo tres triunfos en su casillero: Carplus Fuenlabrada, Baxi Manresa y Betis. Un pobre balance que pone en entredicho la continuidad en la elite nacional de tres plazas clásicas de la misma que tratan de huir de los dos puestos que darán con sus huesos en la próxima LEB Oro.
Echando un vistazo a la situación de todas las temporadas de la ACB tras 18 fechas disputadas —y especialmente, desde que en 1996 se iniciara el actual modelo de liga regular con 18 equipos jugando todos contra todos a doble vuelta—, este escenario nunca antes se había dado. Se mire como se mire, el dato es relevante: nunca entre los últimos sumaron solo nueve victorias y nunca el tercero por la cola llevaba solo tres triunfos.
La cifra de partidos ganados desde luego no es nada halagüeña, aunque para los más optimistas dibuja un rayo de esperanza para el Betis: en las 16 ocasiones en que un equipo alcanzó esta jornada con solo tres victorias, en 14 acabó descendiendo. Solo dos de ellos (Baloncesto Sevilla en la 2014-15 y Etosa Alicante en la 2003-04) se salvaron —lógicamente, esta temporada esa cifra aumentará como mínimo en uno más—. Incluso, bajando un escalón más, solo seis en la historia han llegado a este momento habiendo ganado dos partidos: CB Murcia en la 1996-97 y la 1998-99, Cantabria Lobos en la 2001-02, Cajasol de Sevilla en la 2008-09 y CB Valladolid en la 2013-14. De todos ellos, el único que mantuvo la categoría fue, de nuevo, el cuadro hispalense, precursor del actual Betis. Cabe decirse pues que la historia confirma al equipo andaluz como uno de los mayores ‘equilibristas’ de la Liga ACB.
Así las cosas, en esta Liga Endesa a dos velocidades, en la que los ocho clasificados para la próxima Copa del Rey de Badalona han sido exactamente los ocho clubes con mayor presupuesto, evitando sorpresas como en ediciones precedentes, la lucha por la salvación vuelve a ser uno de los grandes alicientes cuando ya se alcanza el momento cumbre de la temporada. Y aunque los principales implicados en la misma parecen fuenlabreños, manresanos y sevillanos, aún no respiran ni mucho menos tranquilos ni el Covirán Granada ni el Casademont Zaragoza, los dos con cinco triunfos. Algo más lo hace el Bàsquet Girona de Marc Gasol y Aíto García Reneses (7 victorias), pero queda mucha tela que cortar en un ejercicio que, pase lo que pase, sea confirmación de un descenso cantado o remontada épica, apunta a que ya quedará grabado en los registros de la ACB. Eso sí, por regla general la permanencia en la Liga Endesa se suele establecer entre 11 y 12 victorias de las que, de momento, andan muy lejos los tres colistas.

