Apenas unas semanas después de rubricar un hito histórico, al convertirse en el primer entrenador jefe español en la historia de la NBA, el badalonés Jordi Fernández pasó este domingo por Tirando a Fallar, el programa temático sobre baloncesto de esRadio.
Durante una extensa entrevista de casi una hora de duración, el flamante nuevo técnico de los Brooklyn Nets analizó su llegada a la franquicia de ‘La Gran Manzana’, reconociendo que, tras "muchos años de sacrificio", este es "un paso más en mi carrera" que no es "demasiado distinto a los otros pasos" aunque desde luego "sí que tiene más repercusión". Ambicioso en su discurso, el catalán aseguró que su objetivo es "estar muchos años, hacerlo bien, llegar al ‘playoff’ y luchar por un campeonato", consciente de que lo que está viviendo es "una oportunidad que no pasa cada día y que hay que valorar".
Tras varios viajes de ida y vuelta, Fernández se instaló definitivamente en Estados Unidos en 2009, donde empezó a trabajar en los Cleveland Cavaliers en el programa de desarrollo de jugadores. Posteriormente, creció en la franquicia de Ohio, donde fue nombrado en 2014 entrenador principal de los Canton Charge, el equipo vinculado en la GLeague, la liga de desarrollo de la NBA. Y su camino continuó en dos franquicias más: Denver Nuggets y Sacramento Kings, donde ya formó parte de pleno derecho del cuerpo técnico del primer equipo hasta que, hace unas semanas, los Brooklyn Nets le fichaban como entrenador jefe, siendo solo el tercer europeo en todos los tiempos en lograrlo, tras los serbios Igor Kokoskov, técnico en su día en Phoenix, y Darko Rajakovic, actual entrenador de los Toronto Raptors. El entrenador español hizo de improvisado reportero de Tirando a Fallar y describió las privilegiadas vistas desde su despacho en las instalaciones de los Nets. "Veo los cinco distritos de Nueva York: Bronx, Manhattan, Brooklyn, Staten Island y Queens. Es precioso y no me puedo cansar de ver esto todos los días", reconoció, encantado sobre sus primeros días en la que calificó como "la capital del mundo". Y es que, para Fernández, gran conocedor de la vida en el país de las barras y estrellas, Nueva York es algo muy diferente. "Cuando has vivido en otros estados, hay otras características, pero aquí hay una mezcla de muchas cosas que… solo se da en Nueva York, por eso es una oportunidad no solo a nivel profesional, sino también personal", agradeció.
Respecto a los motivos de su llegada a Brooklyn, el catalán fue claro. Arrancó recordando sentirse un privilegiado, pues "en el mundo solo hay treinta trabajos de este nivel, que son los treinta equipos de la NBA", para, acto seguido, valorar la confianza de su nueva franquicia como la clave de su decisión. "Cuando un equipo te ofrece la oportunidad, primero eres un afortunado, y lo segundo es que en este caso es un mercado grande, con recursos, medios y un equipo joven, y al fin y al cabo es que han confiado en mí antes que cualquier otro equipo de la liga. Así que, si Sean Marks ―General Manager― y Joe Tsai ―propietario― son los primeros que confían en mí, ahora hay que darlo todo por ellos", valoró. Precisamente, los Nets marcan así un rumbo especial, al tener en sus tres principales puestos a tres no estadounidenses, como Tsai (taiwanés-canadiense), Marks (neozelandés) y Fernández, algo que, subrayó el español, "dice mucho de la mentalidad global de la NBA". Respecto a la forma de trabajo en la franquicia neoyorquina, expuso que "Tsai es quien pone la visión a compartir por los tres y nos da los recursos, Marks organiza el plan y yo soy el que lo ejecuto", convencido de que "ser un equipo y compartir una misma visión nos ayudará a tener éxito".
Fernández aseguró que el trabajo y la paciencia han sido claves en su meritorio camino. "He podido hacer cinco entrevistas para ser entrenador NBA y a la quinta tuve esta oportunidad, que es exactamente lo mismo que me pasó antes en la G League", remarcó, reconociendo al mismo tiempo que "me ayudó mucho ser primer entrenador de Canadá en la Copa del Mundo, lo que aumentó mi visibilidad ante los que nunca me habían visto ser primer entrenador". Y es que el catalán compatibilizará su nuevo cargo con el de seleccionador canadiense en los próximos Juegos Olímpicos de París, tras ser el verdugo de España el pasado verano. Por ello, su agenda actualmente está repleta: "en este momento de mi vida no me aburro", bromeó, volviendo nuevamente a tirar de calma y confianza en la labor diaria: "es difícil pretender que todo se solucione en un día, pero cada día pones un ladrillo. Al principio llegó todo como un tsunami, pero la mentalidad es no parar, tener paciencia y confiar en que, en algún momento, todo va a estar en su sitio".
Mientras, sobre el estilo de su nuevo equipo, el técnico español avisa de "algo similar al demostrado en Denver, Sacramento y Canadá". Primero, en cuanto a la identidad colectiva, pues espera "un grupo de personas que hacen lo necesario por el equipo, que establecen vínculos entre ellos y ponen al equipo por encima de todo", pero también en cuanto a lo que se verá en la cancha. "Jugar rápido, pasarse el balón y ser un grupo que físicamente va a imponer defensivamente desde el inicio", anunció. Todo ello, con mirada amplia, pues el reto de Fernández es a largo plazo: "estructurar y organizar todo para que todos sepan cómo hacer las cosas y estar preparados para cuando la ventana para ganar un anillo se abra y, en ese momento, poder ejecutar el plan y ganar el campeonato, que es el objetivo de cada equipo en esta competición".
El badalonés sabe que la presión y el foco mediático en la ciudad de Nueva York son enormes, pero no teme. "Si no te gustan la presión y las expectativas, no deberías estar en este trabajo", avisó, comparando su nuevo reto con el vivido el pasado verano con Canadá. "Si perdíamos un partido, nos quedábamos fuera. Y ganando, nos metíamos en los Juegos Olímpicos, que hacía 24 años que Canadá no se clasificaba", rememoró. Fernández aseguró disfrutar "cuando me ponen al límite sobre cómo comportarme, llevar al grupo o afrontar ciertas situaciones", entendiendo que es algo que le hace "mejor como entrenador y persona".
Cuestionado sobre uno de los grandes dilemas de su plantilla, el australiano Ben Simmons, llegado a la liga con vitola de estrella pero con muchos problemas en los últimos años por las lesiones y sus dificultades con el tiro exterior, el nuevo técnico de los Brooklyn Nets quiso ser optimista. "Es un componente más del equipo, un jugador de grandísimo nivel que está en buen momento mental porque su operación ha ido muy bien y que, si físicamente y de salud está bien, es alguien que marca diferencias por su velocidad, su físico y su capacidad de defender, rebotear y hacer jugar a sus compañeros", explicó. Por ello, calificó como "ilusionante" la opción de contar con el oceánico, pero recordó que "mis expectativas con él son las mismas que con el resto: compromiso, trabajo y hacerlo juntos".
La extensa entrevista de Jordi Fernández en Tirando a Fallar concluyó con un recuerdo a sus ambiciones de juventud en Badalona, una de las cunas del baloncesto español. "No me gustaría volver atrás en el tiempo, porque soy el producto de mis experiencias y, sobre todo, de mis errores, que es de lo que más aprendes, así que, sin escapar de mi pasado, para mí lo importante es el hoy y el soñar, que es el futuro", valoró, antes de mostrarse convencido de que su reciente hito no tardará otros 77 años ―los que hace que existe la mejor liga del planeta― en repetirse: "el próximo entrenador español en la NBA no va a tardar mucho en llegar, y eso para mí es lo realmente importante", cerró.