
Colorín, colorado, este Barça se ha acabado. El conjunto azulgrana vuelve a decir adiós en Champions a las primeras de cambio y lo hace con otra humillante goleada en su estadio. Los de Xavi saltaron al césped matemáticamente eliminados tras la victoria del Inter ante el Viktoria Plzen (4-0) pero poco hubiese importado el milagro checo: el Barça volvió a naufragar.
El futuro azulgrana dependía de lo que hiciera el Inter, que cumplió con su parte, y quizás tanto pensar en la gesta del conjunto checo volvió a maquillar la previa de lo que apuntaba a ser otro batacazo culé. El Bayern de Múnich pasó por encima de su rival, una vez más, gracias a los goles de Mané, Choupo-Moting y Pavard. El Barça no tiró entre los palos en los 90 minutos y volvió a demostrar que no está para competir frente a los grandes de Europa.
Bajonazo antes del partido
El milagro no se hizo realidad en el Giuseppe Meazza de Milán, pero de nada le habría servido al Barcelona. La realidad es dolorosa para un equipo que hace tiempo que no compite en Europa.
Por segundo año consecutivo, los de Xavi caen en la fase de grupos de la máxima competición continental. El partido ante el Bayern fue el triste epílogo perfecto de una nueva temporada europea desastrosa del conjunto azulgrana: de principio a fin, el Bayern hizo lo que quiso en el Camp Nou.
El Bayern no perdona nunca
El Barcelona se jugaba el honor ante el Bayern y con un público que no dejó de animar a sus jugadores. El Bayern se jugaba la primera plaza del grupo y no salió a especular: mucha intensidad y faltas de los bávaros en los primeros minutos. El gol llegó en la primera ocasión de peligro. Mané aprovechó el despiste defensivo de Bellerín para hacer el 0-1.
Los de Julian Nagelsmann demostraron que la herida barcelonista no estaba cicatrizada y volvió a desatar el caos en un Camp Nou diluido por la insuperable
velocidad bávara. La gran tarea pendiente de Xavi en los partidos cruciales y que no convirtió en excepción este miércoles.
Choupo-Moting hizo el segundo gol a la media hora de partido tras otra transición mal gestionada por el conjunto local. La enésima. Justo antes del descanso el árbitro señaló penalti a favor de los azulgrana pero como dice el refrán: poco dura la alegría en la casa del pobre. El VAR intervino para anular la pena máxima. La decisión indignó a un Camp Nou que entiende que los arbitrajes en Europa les han perjudicado. Tan cierto ha sido eso como que el equipo se ha mostrado inoperante en los momentos de la verdad. En el Camp Nou, con una afición impecable, el Barça ha sido incapaz de plantarle cara a Inter y Bayern.
Lewandowski tampoco pudo poner mucho de su parte para maquillar el caos. El polaco volvió a quedar neutralizado ante sus excompañeros. Esperado protagonista, pero con varios fallos decisivos, hoy ni siquiera pudo aparecer en el área. Partido para olvidar del ‘9’ azulgrana.
Nadie estuvo a la altura. El único capaz de ganarse la ovación del público, pese al resultado, fue Ansu Fati, revulsivo de lujo y relegado una noche más al banquillo por Xavi Hernández. Los más de casi 85.000 espectadores acabaron alentando al colectivo, que seguía intentando sin éxito el gol del honor, con Pablo Torre y sin Lewandowski en el campo a falta de diez minutos del pitido final.
El mazazo final llegaría en la última jugada del encuentro. Benjamin Pavard puso el tercero y definitivo en un córner en el que la defensa culé volvió a dormirse. La puntilla para un equipo que no levanta cabeza en las grandes noches europeas.
El Barça tendrá que conformarse con la Europa League y la obligación de recuperar la ilusión con el segundo plato: no vale volver a caer en cuartos de final como la temporada pasada. En Liga las cosas andan mejor para los intereses azulgranas, pero más tropiezos como el de hoy pasarían facturas. Joan Laporta lo dejó claro al aterrizar en 2021: "Perder con nosotros tendrá consecuencias". Con una plantilla de lujo, un esfuerzo económico sin precedentes y una afición volcada en los jugadores, Xavi, sin soluciones, empieza a agotar la paciencia del barcelonismo.

