
Unos 1.300 aficionados culés viajaron hasta la ciudad de Brujas para presenciar el partido de Champions League. Horas antes de que diera comienzo, mientras los aficionados blaugranas se desplazaban al escenario del duelo, se produjo un incidente que causó el pánico.
Un seguidor del FC Barcelona encendió una bengala dentro del autobús destinado a transportar a los aficionados desde el centro de la ciudad de Brujas hasta el Jan Breydel Stadion sin coste. La policía belga desalojó el autobús, envuelto en una gran humareda, y el vehículo terminó en llamas. Posteriormente, el responsable fue detenido por las autoridades del país.
#frac1 | ❗️Incident amb els autobusos llançadora que transportaven aficionats del Barça a l'estadi.
Han encès una bengala a dins d'un dels autobusos i s'ha cremat. Hi ha mínim un detingut i no hi ha ferits. pic.twitter.com/lvVFPKoykK
— El Barça juga a RAC1 (@FCBRAC1) November 5, 2025
Durante el descanso, el FC Barcelona emitió un comunicado en el que se avisó de la medida tomada por la entidad belga: "El Club informa a todos sus aficionados y aficionadas en el Estadio Jan Breydel de Brujas que el servicio de autobuses lanzadera gratuito de regreso desde el estadio, cortesía del Club Brujas, ha quedado suspendido debido al incidente con bengalas antes del partido, por lo que deberán regresar por sus propios medios".
Un invitado inesperado
El expresidente de la Generalidad Carles Puigdemont, que se fugó de España y se instaló en Bélgica, acudió al encuentro entre el Brujas y el FC Barcelona desde su residencia en Waterloo. Puigdemont, quien ya ha estado en otros encuentros de los culés, estuvo en la zona VIP del Jan Breydel Stadion.
Junto a él, un amigo suyo y del directivo azulgrana, Alfons Castro, y además, pudo charlar con Joan Laporta. Después **del** pitido final, regresó a Waterloo junto a su amigo. Según informa Sport, Puigdemont esperó en la calle mientras su acompañante iba a buscar el coche y pasó totalmente desapercibido.

