Cuando el gol de Welbeck, Mourinho insistió de nuevo en que ese tipo de jugadas estaban bien trabajadas, bien ensayadas, y dejó caer que poco más se podía hacer al respecto. En lo tocante a este asunto en concreto percibo cierto aire de resignación contenida en el entrenador portugués. Luego salió Ramos y entonó el "mea culpa" por lo que todos dedujimos al instante que Mou se volvía a referir al central andaluz... pero no. Mi compañero José Luis Sánchez desveló en Futboleros que con su inmolación Sergio quiso apartar de su compañero Diego López, copartícipe del enésimo fallo defensivo en cadena que aquel día propició el 0-1, el amargo cáliz de una excesiva exposición ante los medios cuando el pobre acaba de regresar al club como quien dice. Es decir: Sergio Ramos estuvo nuevamente en capitán y dio la cara para que se la partieran en trocitos muy chiquititos.

Mourinho tiene razón y todo el derecho del mundo al quejarse de que esas jugadas están estudiadas y que sin embargo siguen costándoles muy caro, tanto que pueden dejarles fuera de la Champions. De los 41 goles recibidos por el equipo, 7 han llegado de falta y otros 7 de saques de esquina. De lo que se queja un sector periodístico algo maricomplejín y sobreprotector hacia la ya de por sí blindada figura del futbolista profesional es de que el entrenador cante las cuarenta en público y delante de todos. Pero el método de Mourinho, que ha funcionado en Oporto, Chelsea, Inter y ahora Real Madrid, incluye el jarabe de palo a cara descubierta y sin medias tintas. En cualquier caso estamos hablando de profesionales magníficamente bien pagados que parecen sufrir lagunas mentales o simple y llanamente problemas puntuales (y graves) de concentración. Digo yo que lo menos que un jefe millonario debe exigirles a sus millonarios subordinados es que se pongan cuanto antes las pilas alcalinas.

Mourinho criticó a sus jugadores en general, que no a Ramos en particular, en vísperas de su partido número 100 en Liga, que cumplirá ante el Rayo Vallecano. Preguntado por ello simplemente podría haber pasado de largo o hacerse el estrecho pero no lo hizo porque si algo ha quedado sobradamente constatado es que no va con su carácter eso de andarse por las ramas; pero alrededor de todo lo que hace el portugués se organiza una jarana que no tiene demasiado sentido, la verdad. Mou habló en abstracto el miércoles y nosotros quisimos concretar en la persona de Sergio porque quizás nos conviene alimentar el morbo, y el sábado Paco Herrera le pegó un estacazo de muy señor mío a Iago Aspas, que es su estrella, por estar más cerca de las nubes que del planeta Tierra pero éste palo gallego ha pasado inadvertido y sin pena ni gloria. Debe ser que al entrenador del Celta tampoco le ha llegado a casa la última edición del famosísimo Código Secreto del Fútbol.