No ocurre demasiadas veces tras un partido de fútbol que ambos equipos, incluyendo entrenadores, jugadores y aficionados, se sientan resignados por tener la sensación de quedarse a medias. En el Vicente Calderón, el Real Madrid mira a la primera parte como su recurso de apelación para reclamar la victoria y el Atlético hace lo propio en la segunda. El 1-1 no dejó feliz a nadie.
Fue el partido de los "debíamos". En el Real Madrid acusaron la falta de ambición, el no dar un paso atrás. "Debíamos haber ido a por el 2-0. Debíamos haber dado un plus más en ataque. Debíamos haber sentenciado cuando teníamos el partido controlado", piensan en el bando madridista. En el Atlético, prácticamente lo mismo: "Debíamos haber sido valientes desde el principio. Debíamos haber presionado arriba desde el primer minuto. Debíamos haber sido antes el Atlético del Cholo".
Una vez acabado el partido y con el 1-1 en el luminoso, de poco vale arrepentirse de las decisiones tomadas en los 90 minutos del choque. Ya no hay marcha atrás, pero sí mucho que analizar tras un derbi que deja las cosas casi como lo estaban antes de que se jugase.
El Real Madrid lo tuvo en su mano
Gol de Benzema en el minuto 8 y cielo abierto para el Real Madrid. Si Benítez quería quitarse la etiqueta de ‘tacaño’ a la hora de pagar una ronda de valentía para sus jugadores tenía que haber cambiado el chip en el Vicente Calderón. En la nueva era del Cholo, el Atlético más débil mental y tácticamente estaba anoche sobre el terreno de juego. Dos derrotas consecutivas y un equipo aún en construcción le daban al Real Madrid una ventaja evidente.
Con Casemiro en el centro del campo, Benítez le ganaba el primer acto al Cholo, pero cuando debió rematar la faena le entró miedo. Vio más útil no fallar y buscar el fallo que lanzarse al cuello de un rival con más dudas en la cabeza y en el juego que de costumbre. Sólo Correa parecía dar un respiro al Atlético con su velocidad y profundidad.
Los rojiblancos estaban muy lejos de ser un equipo peligroso a no ser que alguien les diese la oportunidad de serlo y ese fue Sergio Ramos. No es cuestión de haber regresado tras una lesión porque no es la primera vez que el central andaluz comete ciertos errores, en este caso dos, a cada cual más grave. Regalo a Torres y lazo final para Tiago. Penalti innecesario.
El Calderón recobraba las ilusiones que después les quitaría el nuevo santo del Real Madrid: Keylor Navas. Hay penaltis errados que son más acierto del portero que fallo del lanzador y el guardameta blanco es, simplemente, un digno representante de la primera opción.
Miedo visitante, alas para el Atlético
El Real Madrid tuvo el partido controlado, pero nunca cerrado. Lo tuvo dormido aunque nunca terminó de sacar al Atlético del choque, algo que sólo el 0-2 podría haber conseguido. El miedo blanco fue el elixir que dio alas al conjunto local. La falta de ambición madridista resucitó al equipo del Cholo y los cambios del argentino le devolvieron la identidad perdida en los últimos encuentros. El Calderón quería y necesitaba a algún heredero de Raúl García.
Simeone acertó con Yannick Carrasco, Vietto y Jakcson Martínez como alternativas a la falta de ocasiones. El belga fue de lo más destacado en la segunda parte y el argentino marcaría el 1-1 tras un jugadón de Jackson. Con Carvajal lesionado, el colombiano se ganó el favor de un Calderón con el gesto torcido al batirse en un duelo de velocidad con Arbeloa. Con otro marcador, el ‘11’ atlético se lo hubiese pensado mucho más. Seguramente ni habría probado suerte. El gol convirtió el control blanco en algo poco rentable.
Lo único claro es que el Atlético sale más reforzado del derbi porque se vio ganador en el último tramo del mismo y porque sobrevivió en su peor versión a la visita de un Real Madrid que estaba por encima en cuanto a confianza. Simeone levantaba el puño en el descuento como lo suele hacer en la victoria y eso es un síntoma positivo para un Atlético que habría encajado muy mal tres derrotas consecutivas.
En el Real Madrid, el parón de selecciones le dará un periodo de reflexión a Benítez para repasar los hechos. Los cambios de Benzema e Isco, el paso atrás con todo a favor… Las etiquetas del técnico blanco todo el mundo las conoce. De él dependerá quitarse la mayoría.

