Un resentido Rafa Benítez disfruta de su tiempo libre entre platós de televisión comentando los partidos de fútbol. Se marchó por decisión unánime. Directiva, jugadores y afición entendían que debía marcharse por el bien del club. Nadie duda de la decisión de Florentino Pérez, pero Rafa tiene munición para seguir criticando, aunque su mira debe cambiar de objetivo y apuntar a los jugadores. Y es que, tras el cambio de entrenador, el Real Madrid no ha notado una mejoría en su juego actuando como visitante y la diferencia entre los blancos y un sólido Barcelona ha aumentado con la llegada de Zidane.
Son pocos los que siguen hablando del efecto Zidane después del séptimo tropiezo liguero fuera del Santiago Bernabéu esta temporada. El entrenador francés tiene poca culpa de que la Liga esté ya casi sentenciada, pero hay un hecho irrefutable. Con él, la distancia respecto al Barcelona ha pasado de ser considerable a casi insalvable. Rafa Benítez fue cesado tras el empate ante el Valencia el 3 de febrero. El Madrid estaba a dos puntos de un Barcelona que tenía un partido pendiente ante el Sporting de Gijón. Eran cinco puntos virtualmente. Menos de dos meses después, el Real Madrid está a nueve puntos del Barcelona, que acumula 32 encuentros sin perder frente a un Madrid que empató ante el Betis, sufrió para derrotar al Granada -en descenso- y dio gracias por sacar un punto de la Rosaleda.
Desde el 2013, en la última campaña de Mourinho, el Real Madrid no estaba tan lejos de la cabeza a estas alturas de la temporada. A 16 puntos estaban por entonces. Zidane no ha mejorado los números de Benítez que, en sus ocho primeros partidos, logró seis victorias y dos empates. Son exactamente los mismos resultados.
El francés es más del agrado de los jugadores. Dicen sentirse más identificados con el nuevo míster, pero estos siguen cometiendo los mismos errores. Ante el Málaga firmaron el peor partido de la era Zizou, recuperaron las mismas fisuras defensivas mostradas con Benítez, Keylor Navas sudó la gota gorda, mientras Zinedine se dejaba la voz pidiendo más intensidad a unos jugadores que veían cómo otra Liga se esfumaba.
Sin que sea una consecuencia directa, desde el ascenso de Zidane la distancia respecto al Barcelona ha aumentado y el Castilla, el filial del Real Madrid, ha mejorado sus resultados en Segunda División B. Tras dirigir su último partido en el Alfredo Di Estefano, el Castilla iba segundo en su grupo II. Estaban a cuatro puntos del Barakaldo. Ahora el filial blanco es líder y con una ventaja de un punto. Luis Miguel Ramis, el técnico más valorado en el Real Madrid dentro de la fabrica de Valdebebas, demostró su valía en el Juvenil A y lo está haciendo en el Castilla. Acumula siete victorias en siete partidos en su lucha por ascender a la Segunda División.
Los jugadores de la primera plantilla del Real Madrid no renuncian a una remontada, inédita en toda la historia de la Liga, pero reconocen que ahora el objetivo más realista es la Champions League. El sueño de la Undécima requiere más de lo que se ha demostrado hasta ahora.