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Loris Karius: del mayor de los sueños a la peor pesadilla

El guardameta alemán sale del Liverpool por la puerta de atrás poco después de ser protagonista negativo en la final de la Champions.

El guardameta alemán sale del Liverpool por la puerta de atrás poco después de ser protagonista negativo en la final de la Champions.
Karius, hundido, tras la final de la Champions ante el Real Madrid. | EFE

Jugar una final de la Champions League es el sueño de cualquier niño al que le gusta el fútbol. Eso es así. Desde pequeños, fantaseamos con estar algún día ahí, en el foco de atención, con todo el planeta pendiente de nosotros, dando una alegría a nuestros amigos, a nuestra familia, a nuestra pareja, gritando la victoria, levantando la orejona. Todos hemos soñado en algún momento con ello. También Loris Karius. Seguro que a principios de este siglo, allá por el pueblecito rural del sudeste alemán en el que nació, lo soñó más de una vez cuando comenzaba a parar balones en la portería.

Lo que no podía imaginar el pequeño Karius en ese momento es que ese sueño se iba a hacer realidad. Y lo que, seguro, jamás imaginó es que el cumplimiento de ese sueño se iba a convertir en su peor pesadilla. Porque todo cambió desde el momento en que disputó esa final el 26 de mayo en Kiev ante el Real Madrid. Cambió a peor, claro.

Ya se vio durante el encuentro. Aquel error, aquel incomprensible error, que permitió el primer gol de Benzema le dejó marcado. Ni conmociones ni nada. Karius quiso sacar rápido dibujando en su cabeza una jugada de ataque que pillara desprevenido al Madrid, y se equivocó. Ya está, es un error.Pero en los porteros, después de un error no se puede decir ‘ya está’. Es imposible. En tu cabeza sigue dando vueltas el error. "Y si...", "Por qué no...", "no puede haber pasado"…

Sólo así se comprende el tercer gol del Real Madrid. Un disparo inofensivo de Bale, que Karius se volvió a tragar. Porque desde el minuto 51 el alemán estaba en el césped, pero sólo de cuerpo presente. Su cabeza ya no volvió a donde debía volver.

"Si pudiera volver atrás en el tiempo lo haría. Me siento amargado, sé que he decepcionado a mi equipo. Esto es muy duro, pero así es la vida de un portero..." decía, abatido, Karius nada más acabar el encuentro. Difícil salir peor parado de una final. Seguro que si pudiera eliminaría de su cabeza, y de su vida, aquella final de Champions. ¿Pero no era eso lo que todos soñábamos de pequeños?

Karius se plantó en aquella final como el resto de su equipo: soñando con la machada. Sabedores de que el Real Madrid era el favorito, pero con el derecho a soñar después de las eliminatorias ante Roma y, sobre todo, City. Karius llegaba a la cita crecido: su papel había sido vital durante todo el camino. En 360 minutos entre octavos y cuartos de final tan solo había encajado un tanto. En un Liverpool eminente ofensivo. En semis, ante una Roma especializada este año en remontadas, evitó la debacle.

En la final todo cambió… y Karius salió de aquel partido tocado. Señalado. Hundido. "Si pudiera volver atrás en el tiempo lo haría. Me siento amargado" son unas declaraciones muy duras. El guardameta alemán pasó a ser mofa en todo el planeta. Se editaron camisetas del Real Madrid con su nombre. Futbolistas de todos los niveles mencionaban su nombre cuando cualquiera hacía un fallo. Ni siquiera la sorprendente (por lo inesperado, en estos tiempos que corren en el fútbol; no porque no lo mereciera) ovación de la afición del Liverpool le consoló: en cuanto comenzó a jugar de nuevo, comenzó a fallar de nuevo. Su cabeza seguía sin estar donde debía. Ahora que no tocaba, estaba en Kiev.

El Liverpool no se lo pensó este verano y contrató a Alisson Becker, un magnífico guardameta. Por un precio desorbitado. Nada que reprochar: hablamos de uno de los mejores porteros del mundo, y es totalmente lícito tratar de mejorar siempre el equipo. Que pregunten a Keylor sobre ello. Pero estaba claro: ya no querían más al portero que jugó la final de la Champions como titular en el equipo.

Ahora, Karius se va a un nuevo equipo. Un salto atrás en su carrera. El guardameta alemán, apenas tres meses después de jugar la final de Champions, recala en el Besiktas, un equipo que anda dando tumbos en Turquía -cuarto el año pasado- y en Europa, sufriendo de lo lindo ante un desconocido para entrar en la segunda fase previa.

Aún es joven -25 años recién cumplidos- pero no hay duda de que el paso del Liverpool al Besiktas es un retroceso en su trayectoria. Un retroceso, y un peligro. De sobras es conocido el fervor con el que viven los hinchas turcos el fútbol. Para bien y para mal. Quizá para Karius sea una buena oportunidad para recuperar la confianza. Pero en caso de cometer un error puede ser su sentencia. No sería la primera vez que le ocurre a un portero alemán por tierras otomonas...por desgracia.

En definitiva, se trata de la triste y negativa consecuencia de haber fallado en el partido más importante de su carrera. El partido que jamás podrá olvidar. Que le dejará marcado para siempre. El partido que, probablemente, hoy piense que ojalá nunca hubiera jugado. El partido que debería haber sido la culminación del sueño del pequeño Karius, pero que terminó convirtiéndose en su peor pesadilla.

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