Mesut Özil sigue teniendo problemas en Alemania por su famosa foto con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan. La instantánea tomada antes del Mundial de Rusia en la que también aparecía el jugador del Manchester City, Ilkay Gundogan,no pasó desapercibida en en el país teutón. Hasta tal punto llegaron las críticas que Angela Merkel tuvo que salir al paso de los ataques para pedir que no se insultase a ambos futbolistas.
Desde el primer momento hubo problemas. Un ejemplo de los mismos fueron las declaraciones del presidente de la federación alemana, Reinhard Grindel: "La DFB respeta y entiende la situación especial de nuestros jugadores con ascendencia extranjera. Pero el fútbol y la DFB defienden valores que no son suficientemente respetados por el señor Erdogan. No creo que esta acción de nuestros jugadores haya contribuido a la labor de integración de la DFB".
Özil decidió dar un paso hacia delante y defender su postura: "Para mí hacerme una foto con el presidente Erdogan no tiene nada que ver con la política o con las elecciones sino con el respeto hacia el máximo cargo del país de mi familia".
Una vez finalizado el Mundial, desastre germano incluido, el centrocampista del Arsenal y ex del Real Madrid decidió retirarse de la selección aunque la polémica no ha dejado de perseguirle. El último episodio está relacionado con su antigua escuela, lugar en el que dio sus primeros pasos como futbolista y a la que llegó a donar más de 50.000 euros.
Según informa el diario inglés Daily Mail, la escuela canceló la visita del jugador por el miedo a que se citasen en el lugar grupos de la extrema derecha germana. El temor a un boicot ganó a las ganas de ver a Özil en el lugar que cimentó su carrera futbolística. La situación sigue siendo complicada y la foto con Erdogan le sigue pasando factura.