
¿Acaso hay alguien en este país, periodista o ciudadano, que no haya hablado de Carlos Alcaraz durante todo el fin de semana y por supuesto ayer lunes? Casi nadie, diría yo. Para un amante del tenis, seguidor y practicante, fue un orgullo enorme cubrir por cuarta vez un Mutua Madrid Open para el Grupo Libertad Digital. De verdad, así lo siento. Lo es siempre, porque el contenido que se genera para periódico y radio desde el propio corazón de la Caja Mágica, es mucho y continuado, pero este año con la victoria histórica de Carlos Alcaraz ante Rafa Nadal, Novak Djokovic y Alexander Zverez, lo ha sido aún más. Antes de nada, vaya eso por delante. Libertad Digital / esRadio estuvo allí.
Y sí, he jugado con el titular porque lógicamente no fue un domingo cualquiera el vivido el fin de semana pasado. Tampoco lo fue ayer lunes con todos los programas deportivos dándole un merecido rincón a Carlos Alcaraz. Dio gusto escuchar todo eso porque, toquemos madera en cuanto a lesiones y cabeza, parece que tendremos a alguien capaz de darnos muchas alegrías venideras con una raqueta en la mano. En los últimos años hemos tenido a Rafa Nadal, que sigue muy vigente todavía. También hemos tenido muchas Copa Davis en nuestro cajón. Y como no los dos Grand Slams de Garbiñe Muguruza y la aparición de Paula Badosa. Tenis en estado puro el que tuvimos, tenemos y tendremos. España está de enhorabuena.
Volviendo al titular, no fue un domingo cualquiera. La contundente y rápida victoria en la final del Mutua Madrid Open me permitió llegar al Wanda Metropolitano para vivir el derbi madrileño que el Atlético ganó por 1-0 ante el Real Madrid. Sí, me salió la jugada perfecta. Llegué en metro, donde pude ver a seguidores de ambos equipos llegar al estadio sin ningún tipo de problema o de enfrentamiento. Tranquilidad, por supuesto, que también he vivido a su vez en el Santiago Bernabéu cuando se ha jugado un derbi. Pero como suele ocurrir en todas las casas, siempre hay alguien que da la nota en uno o en los dos bandos.
¿No vi a nadie gritar "madridistas hijos de puta"? ¿No escuché cánticos o vaciles en contra del Real Madrid? ¿No presencié desde lejos el incidente con el padre y el hijo del conjunto blanco? ¿No vi la pancarta que pusieron en la fachada del estadio? Pues claro que lo vi y lo escuché. Negarlo sería una tontería. Igual que me parece una tontería, como bien dice mi compañero de profesión Iñako Díaz Guerra, tener que decir cosas obvias como que estás en contra de actitudes radicales. Llevo 10 años en el Grupo Libertad Digital dando mi opinión de forma libre y jamás he defendido cosas indefendibles. Por lo tanto como duermo tranquilo por las noches, no diré más de este tema. Así que a los que me acusan de cosas extrañas en redes sociales, sí, les hago una ‘cobra’ más en estas líneas. Por cierto, un matiz más. Hay dos versiones de la historia del padre y el hijo. No estuve en esa parte de la grada. Sé lo que me han contado y como no estuve, no sé quién tuvo la actitud mala. Y como no lo sé, ni me posiciono ni acuso.
Tampoco me voy a poner a hablar del pasillo que incluso generándome mucha risa por la obsesión provocada, ya cansan y mucho. Poner el capote para que entren al toro rojiblanco es divertido, pero un rato. "En la vida se puede ser de todo menos pesao", como decían Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla en el programa de humor Muchachada Nui. Pero ojo, todo lo que sea hablar del Atleti y convertir secciones muy madridistas en secciones que contengan rojo y blanco, chapó. Eso sí, dejo el capote con un palo en el centro de la plaza, pero no me quedo. Ahí os lo dejo.
Respecto al encuentro. Bueno, una victoria en un derbi, ya está. La gente del Atlético se lo pasó bien, lo celebró, el equipo dio la vuelta al campo como hace siempre en la victorias y a dormir. Repito, como hace siempre. No vi a nadie como si hubiesen ganado la Liga, la del año pasado concretamente. Lo celebraron y punto. Tampoco iban a pedir perdón por ganar un derbi. Por cierto, consejo. Lo escribo en bajito para que lo lean como si susurrase. Cuando perder no te importa, no estás todo el día hablando de ello. Cuando superas algo, no estás todo el día diciendo que lo has superado. Cuando te da igual, no le mencionas cada día. Que para algunos, si el Atlético fuese su ex, estarían todo el día mirando su Instagram.

