
El Benfica se ha metido por segunda temporada consecutiva entre los ocho mejores de la Champions al volver a derrotar con más autoridad todavía al Brujas (5-1) en una vuelta de los octavos de final donde impuso su mayor calidad, sobre todo con su trío ofensivo. No hubo demasiada historia en el Estadio Da Luz, donde el conjunto lisboeta se exhibió, liderado por Gonçalo Ramos, Rafa Silva y Joao Mario, para alcanzar los cuartos de final y espantar cualquier teoría que lo sitúa como posible cenicienta.
Los de Roger Schmidt, que ya en la fase de grupos fueron capaces de pasar por encima de gigantes como el París Saint-Germain y la Juventus, que no le pudieron ganar. El 7-1 global ante el Brujas afianza a las Águilas en su intento de volver a tener protagonismo en la máxima competición europea.
El primer gol se hizo esperar. Llegó en el minuto 38, con la firma de Rafa Silva, y justo antes del descanso el 2-0, por medio de Ramos. El propio Gonçalo Ramos firmó su doblete particular en el 58’, mientras que Joao Mario, de penalti, y David Neres hicieron posible la manita. Meijer acortó distancias en el 87’ para el definitivo 5-1.
El Chelsea respira
En Stamford Bridge, el Chelsea se imponía al Borussia Dortmund (2-0, y 2-1 en el global de la eliminatoria) para meterse en los cuartos de final. Descartado prácticamente de todo y con Graham Potter balanceándose en un hilo muy fino, el equipo blue sueña aún con una Champions que hace no demasiado parecía imposible y que ahora está un poco más cerca.
El cuadro londinense ha logrado levantar el 1-0 de la ida con goles de Raheem Sterling y Kai Havertz, en un penalti que tuvo que repetir, en un partido en el que volvió a quedar en evidencia la falta de gol de los ingleses, pero en el que la insistencia, tras una decena de disparos a puerta, terminó por pagar.
Los de Potter, que salva el cuello, se meten por tercera temporada consecutiva en cuartos de final de la Champions y dan aire a una temporada en la que esta competición es lo único a lo que pueden agarrarse. Apenas un par de ocasiones erradas por Bellingham fue el arsenal ofensivo del Dortmund, que desaparece de Europa a la vez que emerge un Chelsea irregular pero que ya está entre los ocho mejores del continente.
