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Jagoba Arrasate, ideólogo de este Osasuna que disputa su segunda final de Copa del Rey

El técnico vasco se presenta en su primera final como entrenador tras hacer una gran temporada en Liga

El técnico vasco se presenta en su primera final como entrenador tras hacer una gran temporada en Liga
Jagoba Arrasate, entrenador de Osasuna | Archivo

Cuando a Jagoba Arrasate (Berriatúa, Vizcaya, 1978) le ofrecieron, en verano de 2013, hacerse cargo de la Real Sociedad no le tembló el pulso, no se hizo pequeño. Afrontó el reto, con 35 años, como el que hace una rutina diaria sin despeinarse. Seguro de sí mismo. Los franceses Philippe Montanier y Michel Troin, primer y segundo entrenador, habían llevado al equipo donostiarra a la Liga de Campeones. En la última jornada la Real ganó, con gol de Griezmann, en Riazor 0-1 y abrocharon el cuarto puesto pero en el hotel, durante la tarde, cuentan que los dos entrenadores le dijeron al presidente Jokin Aperribay que se marchaban, que no aceptaban la propuesta de renovación.

Fue entonces cuando el tercer entrenador, un chaval muy joven, profesor de primaria en un instituto, dio el salto definitivo. Agarró el proyecto siendo su primera experiencia en la élite. Pasó sin problemas a la fase de grupos de la Champions (incluido golazo de Griezmann de chilena en la vuelta de aquella eliminatoria ante el Lyon) y se plantó en la máxima competición internacional aunque sin éxito en aquel grupo con Bayer Leverkusen, Manchester United y Shaktar Donetsk, colista la Real de un grupo muy fuerte con apenas un punto en toda la competición.

Pero Jagoba Arrasate ya estaba cogiendo tablas. Dejó a aquella Real séptima en la clasificación pero el año siguiente fue destituido con tan sólo 6 puntos en 10 partidos. Fue entonces cuando tuvo que buscarse la vida fuera de casa. Le llamó el Numancia donde consiguió la permanencia dos años consecutivos con buen fútbol hasta que en la tercera temporada en Soria, la 2017-2018 alcanzó el play off de ascenso a Primera. Eliminó al Zaragoza pero perdió con el Valladolid quedándose en la orilla, muriendo cuando la gloria podía tocarse. Aquel verano anunció su marcha a Osasuna.

En el equipo pamplonica no todo han sido los buenos momentos y sensaciones que viven ahora. En la primera temporada consiguió el ascenso a primera división pero tras un comienzo dubitativo. El equipo consiguió una permanencia meritoria el segundo año pero el siguiente, la 2020 – 2021 todo se torció desde el principio. En enero, penúltimo en la tabla, a tres puntos de la salvación y tras doce jornadas sin ganar, el segundo peor registro histórico del club, el director deportivo Braulio Vázquez dio una rueda muy recordada por todos. "El capitán de este barco será siempre Jagoba". Eso fortaleció los lazos, dio confianza al técnico vasco y el equipo mejoró hasta permanecer sin problemas en la categoría.

Ahora Osasuna está en un momento dulce, siendo un equipo propositivo, que juega estupendamente bien, que defiende, que presiona alto y que es uno de los más intensos de la categoría. Ha ido sorteando obstáculos en la Copa de una manera heroica. Salvo las dos primeras eliminatorias ante equipos de regional y Tercera (Arnedo y Fuentes) todas las eliminatorias se han solventado en la prórroga. Ante el Nastic, Betis, Sevilla y Athletic y ante los béticos fueron los penaltis los que decidieron el desenlace.

Se presenta Osasuna en su segunda final de Copa y se presenta Arrasate en su primera. En junio de 2005, con Javier Aguirre en el banquillo y en el Vicente Calderón, Osasuna cayó ante el Betis en el partido decisivo, lo más llamativo que ha conseguido el club en estos 20 años sin olvidarnos de la clasificación a la Champions en 2006 con el mejicano también en el banco, y con sabor agridulce porque en verano cayeron en la previa cuando se iban a presentar en la fase de grupos. O las semifinales de UEFA en 2007, perdidas ante el Sevilla. Todo gestas para un club histórico pero en el que este tipo de alegrías suelen ser muy poco frecuentes.

Hace poco le leí en una entrevista a Jagoba decir que lo han hecho todo porque nadie puede pedirles el título pero que de ilusión se vive. Esa que tienen intacta los casi 25.000 rojillos que acompañarán a su equipo a Sevilla este fin de semana para medirse a un Real Madrid favorito. Total, quién les puede impedir soñar con algo grande.

Arrasate siente que este es un momento único. Han luchado por llegar aquí y han conseguido centrarse ya, una vez hechos los deberes en la Liga. No podía pensar el bueno de Jagoba que, en febrero, cuando Ancelotti le dijo en un partido de Liga en el Sadar que serían los protagonistas de la final, no iba de vacile el técnico italiano. Pues no, no era vacile. Era realidad y este sábado soñar es gratis en Pamplona.

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