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José Luis vs Riera: el puñetazo más famoso del fútbol español

Artículo número 71 de Historias de Fútbol, de la mano de CIHEFE, recordando lo ocurrido aquella mañana de enero de 1969 en un Español-Real Madrid.

Artículo número 71 de Historias de Fútbol, de la mano de CIHEFE, recordando lo ocurrido aquella mañana de enero de 1969 en un Español-Real Madrid.
Momento del puñetazo que José Luis le propina a Riera en el Español-Real Madrid disputado en el campo de Sarriá el 5 de enero de 1969. | CIHEFE

Sucedió una desapacible mañana de enero de 1969, en el desaparecido campo de la Avenida de Sarriá, en Barcelona, la víspera de Reyes, en el transcurso de un partido matutino que enfrentó al RCD Español —que esa misma temporada descendería a Segunda División— y al Real Madrid, líder imbatido y destacado del campeonato en aquella jornada que abría la segunda vuelta.

El encuentro fue tenso y brusco, debido a la mala situación clasificatoria del conjunto perico, y el que fue su lance más destacado en ese aspecto sería puntualmente recogido por la cámara fotográfica, saltando a las portadas de la prensa. El reciente fallecimiento de su víctima, el histórico defensor y capitán españolista Julián Riera, acaecido el pasado 8 de agosto, ha vuelto a traernos a la memoria tan antideportivo incidente.

Baluarte de la zaga perica

Julián Riera Navarro nació en Barcelona el 15 de septiembre de 1940. Procedente de las categorías inferiores del Español, va a ser cedido al Tarrasa, de Segunda División, entre 1959 y 1961. Luego pasará brevemente al Sabadell, también de la categoría de plata, y en ese mismo curso 61-62, de infausto recuerdo en Sarriá, por producirse entonces el primer descenso del cuadro blanquiazul, se incorpora al primer equipo españolista.

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Paulatinamente va haciéndose un hueco en el once titular, en la demarcación de lateral izquierdo —y en ocasiones como central—, donde sus características, rapidez y contundencia, son las ideales. En mayo de 1963, tras una reñida promoción contra el Mallorca que necesitó de un tercer partido de desempate en Madrid, los pericos regresan a Primera, y a partir de ahí Riera se consolidará como una pieza clave en su zaga.

En la temporada 66-67, el Español despacha una gran campaña, clasificándose en una magnífica tercera posición, tan sólo por detrás de Real Madrid y Barça, y superando a conjuntos más poderosos como Atlético de Madrid, Valencia, Real Zaragoza o Athletic de Bilbao. Es el año de la eclosión de los Cinco Delfines, la delantera formada por Amas, Marcial, Re, Rodilla y José María. En el banquillo se sienta el prestigioso técnico húngaro Janos Kalmar, mientras que el hombre fuerte de la entidad —que pronto ostentará también la presidencia del club— es un joven y dinámico empresario de sector de la maquinaria textil llamado Juan Vilá Reyes (1925-2007), el gran protagonista del caso Matesa, que estallaría en el verano de 1969, el mismo verano del primer Tour de Eddy Merckx, la llegada del Hombre —norteamericano— a la Luna, el Festival de Woodstock, los crímenes de la familia Manson...

Matinal en Sarriá

En encuentro adelantado a la mañana del domingo, víspera de Reyes, el Real Madrid iniciaba la segunda vuelta visitando Sarriá para enfrentarse a un Español que transitaba por la zona baja de la clasificación, en puestos muy alejados de los que podían corresponderle con arreglo a su teórico potencial. Ya había cambiado de entrenador, sustituyendo al veterano y muy correcto Kalmar por toda una leyenda del club, el temperamental zaguero Antoni Argilés, auxiliado por otro antiguo defensor blanquiazul de armas tomar, Agustí Faura.

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El campo estaba muy embarrado, pues había llovido mucho la noche anterior, y seguía haciéndolo. Arbitra el colegiado asturiano Mariano Medina Iglesias —que curiosamente se llamaba igual que el entonces muy popular hombre del tiempo de Televisión Española—, y que había alcanzado cierto renombre últimamente gracias a lo acaecido en la final del Trofeo Carranza del verano anterior, en la que expulsó a los azulgranas Gallego y Pereda y al colchonero Ufarte. Estos fueron los dos equipos: por el Español, Coll; Ochoa, Riera, Martínez Vilaseca; Lico, Glaría; Vall, Marcial, Re, Rodilla y José María. Por el Madrid, Betancort; Calpe, De Felipe, Sanchís; José Luis, Zoco; Miguel Pérez, Amancio, Grosso, Velázquez y Gento.

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El padre de todos los puñetazos

Comenzaron mejor los pericos, y hasta llegaron a estrellar un balón en el poste, pero poco a poco los blancos se fueron asentando, dominando la parcela central, y en el minuto 28 Amancio adelantó al líder. En la reanudación, en el 56, iba a tener lugar la serie de incidentes por los que sería recordado este encuentro. Y ahí es cuando entra en danza José Luis Lopez Peinado (1943), un comodín madridista nacido en Tetuán cuando dicha ciudad marroquí formaba parte del Protectorado español, y que aquella temporada se había hecho con la titularidad, marcando incluso algunos tantos importantes (motivo por el cual el popular Tony Leblanc le bautizó como Pepe Goles). El extremo derecho madridista Miguel Pérez, harto del pegajoso marcaje al que le sometían Riera y José María, se revolverá contra este último, dándole un puñetazo que el árbitro no va a ver. Se forma la consabida tangana, en la que el propio José María agredirá a José Luis, hecho que en esta ocasión si advertirá el trencilla, expulsando al jugador asturiano, paisano suyo. Interviene entonces Riera, que cambia unas palabras subidas de tono con José Luis, y al parecer le golpea, a lo que este responde con un derechazo que se haría célebre —pero que testigos presenciales aseguran que el españolista logró esquivar—, y el árbitro le muestra al jugador merengue el camino de los vestuarios.

Cuatro partidos a José Luis y dos a Riera

El puñetazo de José Luís a Riera, tan boxísticamente ortodoxo como si lo hubiera propinado un profesional del ring, va a ser imagen de primera plana, y no sólo en la prensa deportiva. El futbolista del Real Madrid, que —nunca mejor dicho— se había tomado la justicia por su mano, será sancionado por el Comité de Competición con cuatro partidos de descanso, al igual que José María, mientras que a Riera le caen dos de suspensión. También va ser enviado a la nevera durante un mes el juez de la contienda, Medina Iglesias, por no reflejar en el acta todo lo sucedido, y por "falta de autoridad".

Con tan solo 30 años recién cumplidos Riera pasaría al Sant Andreu (entonces oficialmente San Andrés), un conjunto de la barriada homónima barcelonesa, que entonces militaba en Segunda División y se nutría básicamente de descartes del Barça y el Español, futbolistas veteranos o venidos a menos, que no deseaban cambiar de domicilio.

En el cuadro cuatribarrado permanecerá por espacio de tres temporadas, la primera con bastante participación y las dos últimas a un nivel casi testimonial. El Mataró, ya a escala regional, fue el último club que contó con los servicios de un defensa sobrio, expeditivo y honesto que tuvo el privilegio de ser compañero de equipo tanto de Ladislao Kubala como de Alfredo Di Stefano. ¡Ahí queda eso!

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