
Las primeras jornadas de la Copa del Rey, momento en el que juegan los equipos más modestos del país, siempre dejan historias que trascienden el resultado. Desde que la competición adoptó su nuevo formato, los modestos han aportado emoción, cercanía y momentos únicos frente a los grandes del fútbol español. Este jueves, el CD Yuncos vivió uno de esos capítulos inolvidables frente al Rayo Vallecano, en una noche que mezcló goles, emoción y compañerismo dentro y fuera del campo.
La localidad toledana se vistió de gala para recibir a un equipo de Primera División por primera vez en su historia. Para mayor alegría de los aficionados, el Yuncos se adelantó en el marcador gracias a Aarón, que aprovechó un error defensivo del Rayo. Sin embargo, el conjunto madrileño reaccionó con contundencia. Fran Pérez firmó un espectacular hat-trick en apenas seis minutos (36', 38' y 42'), dando la vuelta al marcador antes del descanso. En la segunda parte, Gumbau, Trejo y Camello completaron la goleada (1-6) en un partido que, pese al resultado, quedará grabado en la memoria local.
De hecho, más allá del marcador, lo que realmente hizo especial la noche fue lo que ocurrió después del pitido final. Los jugadores del Rayo Vallecano se acercaron a la grada donde se encontraba su afición para agradecer el desplazamiento y el apoyo. En ese momento, en un gesto espontáneo, los futbolistas del CD Yuncos se unieron a ellos para compartir una celebración conjunta.
🏴☠️⚡️ La Vida Pirata en Yuncos!!
🫂 FÚTBOL: Jugadores del Rayo y del Yuncos se sumaron a la fiesta!!
😍 ESPECTACULAR pic.twitter.com/mPHI2mv6uc
— Union Rayo Live (@UnionRayoLive) October 29, 2025
Samuel Becerra, jugador del Rayo, tomó prestado un megáfono de la grada y, junto a los jugadores de ambos equipos, dirigió el cántico de "La vida pirata", himno oficioso del rayismo. Entre saltos, risas y abrazos, futbolistas y aficionados convirtieron el campo municipal de Yuncos en una auténtica fiesta de fútbol popular. Según explicó después, David Rodríguez, jugador del Yuncos a 'El Periódico de España': "Todo surgió de forma espontánea. Queríamos compartir un buen momento y reconocer el esfuerzo de todos sobre el campo".
La escena finalizó con todos los jugadores abrazados, cantando al unísono mientras la grada coreaba con ellos. Una imagen que resume el espíritu de la Copa: humildad, cercanía y pasión. Un instante que, más allá del 1-6, se recordará como una de las estampas más entrañables de esta edición del torneo.

