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Premier League

La 'Gucci Gang', la banda que aterroriza a la Premier y vende el botín en España

La 'Gucci Gang' irlandesa, con grupos albaneses, desvalija residencias de estrellas. Usan redes sociales para elegir y revender en España.

La 'Gucci Gang' irlandesa, con grupos albaneses, desvalija residencias de estrellas. Usan redes sociales para elegir y revender en España.
Jack Grealish en uno de los partidos de esta temporada con el Everton. | Cordon Press

Las mayores estrellas del fútbol mundial se enfrentan a un enemigo inesperado lejos de los terrenos de juego: las bandas criminales que han convertido sus mansiones en uno de los objetivos más rentables. En Inglaterra, la Premier League vive en estado de alerta ante una oleada de asaltos perfectamente planificados que ha afectado a jugadores como Jack Grealish, Raheem Sterling, Alexander Isak o Alex Oxlade-Chamberlain. Detrás de muchos de estos golpes se encuentra la temida 'Gucci Gang', una organización irlandesa que trabaja en alianza con grupos albaneses especializados en reconocimiento y detección de fallos de seguridad.

Según investigaciones citadas por diferentes medios británicos, los delincuentes seleccionan viviendas de futbolistas que residen en áreas acomodadas como Cheshire o Merseyside. Y, ¿qué hacen después de pasar por las residencias? Tras el robo, los objetos de lujo, que suelen ser relojes valorados en cientos de miles de euros, joyas de diseñador o efectivo, se trasladan primero a Escocia y después cruzan el mar de Irlanda para llegar a Dublín. Allí, la 'Gucci Gang', liderada desde prisión por Glen Ward, alias Mr Flashy, se encarga de venderlos en Europa, especialmente en España, o intercambiarlos por drogas y armas.

Quienes cometen este tipo de delitos son muy listos y tienen claro que es "mejor" operar en este nicho porque las condenas por robo doméstico son notablemente más bajas que las de atracar bancos o furgones blindados, su antiguo objetivo. Además, la profesionalización del método ha convertido a los futbolistas en víctimas recurrentes de una maquinaria delictiva difícil de desarticular.

Redes sociales: un catálogo para ladrones

Una de las claves del éxito de estos grupos es la información pública disponible en redes sociales. El motivo es que los delincuentes rastrean las publicaciones de los jugadores y, especialmente, de sus parejas, para detectar la presencia de bienes de alto valor. Relojes exclusivos, joyas personalizadas o bolsos de lujo son señales que permiten a las bandas planificar asaltos con precisión quirúrgica.

Por ejemplo, el robo a Jack Grealish y su pareja Sasha Attwood es uno de los casos más recientes. En este último gran golpe, los delincuentes se llevaron más de un millón de euros en joyas y relojes en cuestión de minutos. Lo peor es que, a pesar de la alarma inmediata, la policía no logró identificar sospechosos, un patrón que se repite en varios de estos ataques.

Asaltos violentos que dejan secuelas

Aunque la mayoría de robos buscan evitar el enfrentamiento directo, no todos siguen ese patrón. Por ejemplo, en el año 2020 Ashley Cole sufrió uno de los episodios más violentos: fue atado con bridas ante su pareja e hijos mientras los ladrones amenazaban con cortarle los dedos. La experiencia dejó al exfutbolista "extremadamente conmocionado", según reveló en el juicio del caso.

Y no es el único… Otras víctimas, como Robin Olsen o Joao Cancelo, también han vivido asaltos mientras estaban en casa, lo que ha incrementado el temor entre las estrellas de la liga inglesa.

Si bien es cierto que, salvo en contadas excepciones, estos grupos trabajan con rapidez, sigilo y, quizá lo más importante, grupos locales… Además, suelen actuar en comando: un equipo de reconocimiento, otro de ejecución y conductores de escape. Generalmente acceden a estas casas con escaleras telescópicas a los pisos superiores, donde los futbolistas guardan los objetos de valor. La operación dura apenas minutos y se apoya en la proximidad de vías rápidas como la M56, que facilita la huida inmediata.

Una reacción millonaria: perros, geofencing y ex SAS

Debido a que cada vez son más habituales este tipo de robos, el miedo ha impulsado un mercado paralelo de seguridad privada. De hecho, algunos clubes británicos, como el Manchester United, han contratado equipos especializados para vigilar las casas de sus jugadores. Muchos futbolistas han invertido en habitaciones del pánico, sistemas de geofencing y perros adiestrados capaces de responder a órdenes secretas. Kyle Walker, por ejemplo, gastó más de 40.000 euros en un doberman adquirido a una empresa que también protege a Marcus Rashford o Sterling.

Además, cada vez es más habitual contratar a ex miembros del SAS, la unidad de élite británica especializada en contraterrorismo y misiones de alto riesgo. Estos profesionales, altamente formados, se han convertido en custodios privados de familias que viven bajo la amenaza constante de este tipo de delitos.

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