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El problema de Benítez se llama Ancelotti

El técnico italiano ha salido a la palestra tras el baño del Barcelona en el Bernabéu para analizar la actualidad blanca.

El técnico italiano ha salido a la palestra tras el baño del Barcelona en el Bernabéu para analizar la actualidad blanca.
Ancelotti no se olvida del Real Madrid | EFE

Carlo Ancelotti se fue del Real Madrid a regañadientes. El técnico italiano, tras pasar un año en blanco en cuanto a títulos se refiere, se marchó de Concha Espina con el respaldo de los pesos pesados del vestuario merengue, muy cómodos con sus métodos de trabajo, de gran parte de la prensa y de la afición.

Florentino Pérez tomó una decisión difícil, antipopular e incluso peligrosa para su persona. Lo más cómodo hubiera sido mantener a Ancelotti. Prensa, afición y jugadores hubieran firmado. Sin embargo, el técnico italiano cometió demasiados errores en la gestión de los recursos -quemó a la plantilla que llegó a la recta final de temporada con la lengua fuera- lo que tiró por tierra las opciones de revalidar el título en la Champions League y luchar por la Liga.

Florentino no obvió los números de Ancelotti en la competición de la regularidad. En 15 años como entrenador de equipos de la talla de la Juventus de Turín, Milan, Chelsea, París Saint-Germain y Real Madrid, Ancelotti sólo consiguió tres títulos de liga (Milan en 2004, Chelsea en 2010 y PSG en 2013). Sólo un 20% de éxito, y ello contando con plantillas de auténtico lujo. Ni tampoco pasó por alto los números de Carletto ante los equipos grandes: en su primer año sumó 18 de 36 puntos posibles ante los siete primeros clasificados, lo que representa un 50%; en su segundo año logró 17 de 36 (47%).

El Madrid se juega la temporada en este tipo de partidos y ahí Ancelotti ha perdido casi siempre la batalla táctica con su rival de turno -el último ejemplo, Massimiliano Allegri que le dio un baño con la Juventus-. Además, de 76 jornadas de liga en dos temporadas, su equipo tan sólo fue líder en 20.

Errores tácticos, como un equipo excesivamente partido, sin ancla en la medular, y técnicos incomprensibles -dejan a Keylor Navas en el banquillo para apostar por un Casillas en horas bajas o dejar salir a Casemiro a pesar de no contar con ningún medio centro de su perfil-, también pesaron en la decisión del presidente del Real Madrid.

Florentino, para sustituir al italiano, recurrió a un técnico que es la antítesis de Ancelotti. Metódico, exigente, duro y que no se caracteriza, precisamente, por ser amigo de sus jugadores.

El vestuario nunca aceptó la marcha de Carlo

Desde el principio, Rafa Benítez entró con el pie izquierdo en el vestuario blanco. Tras el adiós de Iker Casillas y de Xabi Alonso, los principales pesos pesados pasaron a ser Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos. Ambos no aprobaron nunca la marcha de Ancelotti.

Mientras Ronaldo se achica en el terreno de juego -firma su peor temporada desde que llegó al Real Madrid- y no deja de flirtear con el PSG, Sergio Ramos, quién jugó con todo el madridismo en verano simulando una posible acuerdo con el United para conseguir aumentar sus ingresos, tiró dos pulsos tanto a su presidente -pataleó en la concentración de la Selección en cuanto se enteró que Rafa sería su nuevo técnico -'yo hubiera seguido con Ancelotti, pero los que más saben de esto son los de arriba'- como al propio Benitez cuando le señalo públicamente por los cambios realizados en el derbi ante el Atlético de Madrid.

Ni siquiera José Mourinho fue capaz de sobrevivir a los caprichos del vestuario merengue. Cuando los jugadores pierden el hambre, dejan de escuchar. Eso es lo que le pasó al técnico portugués. Gran parte del vestuario no le quería y las derrotas comenzaron a llegar. Y eso es lo que le pasa a Benítez, penalizado por una plantilla destrozada físicamente por el anterior entrenador y que no comulga con su filosofía. Añoran la comodidad del día a día que tenían con Carletto.

Ancelotti, hasta en la sopa

Carlo Ancelotti publicó la semana pasada una fotografía suya en el estreno en Londres de ‘Ronaldo’, el documental centrado en la vida y en la trayectoria futbolística de CR7.

La relación de Ancelotti con los pesos pesados del vestuario blanco sigue siendo excelente. El italiano, coincidiendo con el desastre merengue en el pasado clásico, ha salido a la palestra para no dejar ni un solo tema de la actualidad blanca sin tocar.

Respecto a Cristiano, Ancelotti revelaba una conversación que tuvo con el crack portugués la pasada semana:

"Hablé con Cristiano y no me dijo que no tuviera una buena relación con Benítez. Es profesional, serio, sigue su línea, siempre intentar ser el mejor e intenta jugar por el equipo, pero es un delantero y cuando un equipo no juega bien los delanteros son los que más sufren".

El ex del Milán se atrevió incluso a lanzar un recado a Benítez y a dar la clave del fracaso del actual técnico del Real Madrid:

"Es lo más importante para un entrenador, la relación con sus jugadores. Puedes hablar de táctica o de técnica, pero si no tienes una buena relación con jugadores, no habrá la motivación necesaria para poner en marcha un sistema y que los jugadores lo trabajen"

Por último, el italiano incluso opinó sobre el que podría ser sustituto de Benítez en el banquillo blanco. Zinedine Zidane.

"Tiene un currículum fantástico como jugador y está preparándose para tener una buena experiencia como entrenador. Tiene todas las cualidades necesarias para ser un entrenador fantástico. Carisma, personalidad y experiencia. En el futuro, puede ser entrenador del Real Madrid y de cualquier otro equipo. ¿Si lo haría bien hoy? Creo que sí, estoy seguro. Cuando llegué a Madrid él me ayudó mucho. Tiene una gran relación con Benzema y Varane. Conoce muy bien el ambiente del club y fue muy importante para mí trabajar con él. Cuando Zidane habla, los jugadores escuchan".

A pesar de que Carlo repite una y otra vez que está temporada quiere tomarse un año sabático y que no ocupará ningún banquillo, incluido el del Real Madrid, su actitud no deja clara esa afirmación. O quizás lo diga porque, aunque su deseo es volver al Real Madrid, mientras siga Florentino Pérez como presidente, las puertas del Bernabéu están selladas para él.

Benítez ha cometido muchos pecados -el más sangrante dejar de ser Rafa el pasado sábado ante el Barcelona, cuando renunció a su estilo al situar al 'ancla' Casemiro en el banquillo-, pero el capital es no llamarse Carlo Ancelotti.

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