Luis Enrique Martínez, seleccionador nacional, explicó por fin sus criterios futbolísticos para no convocar a ciertos jugadores cuyas reiteradas ausencias de la Selección son difícilmente entendibles para gran parte de los aficionados al fútbol. Lucho puso el foco en lo que le pide a los delanteros para ser convocados, refiriéndose concretamente a casos concretos como Juanmi, Borja Iglesias o Iago Aspas.
Luis Enrique habla del tipo de jugador que le cuadra tanto para el extremo como para la posición de nueve y la enorme implicación defensiva que debe tener en la presión:
Hay características tipo para todos los delanteros en la selección, sean extremos o nueve. En esta concentración todos pueden jugar de nueve o falso nueve. Tiene que venir a asociarse, a generar superioridades. El rival está condicionado por nuestro posicionamiento y podemos encontrar con facilidad la última línea, con balones rasos. A partir de ahí, hay unas condiciones claras que tienen todos los delanteros que convocamos, ya que las exigen en la selección y algunos en su clubes no las muestran. Si las cumplen, vuelven; si no, buscamos otra opción. Han de ser el primer defensor, corren como locos cuando no tenemos el balón. Lo tenemos el 70 % mínimo, por lo que deben cumplir con una serie de movimientos sin balón y su actitud debe ser bestial, son los primeros defensores claramente, sin ellos la selección no tendría alto nivel defensivo
Para Luis Enrique, incluso por encima de su capacidad goleadora, prima el saber asociarse y la implicación defensiva. Unos parámetros que, curiosamente, responden a la perfección al estilo de Iago Aspas. Su caso es especialmente sangrante. El delantero del Celta lleva tres años sin ser convocado por un seleccionador que viene a decir que no lleva al ‘Príncipe de las Bateas’ porque no defiende -nadie en su sano juicio podría decir que Aspas no baja a asociarse y abrir espacios con sus constantes movimientos sin balón ya que es una de sus principales características-. Así que el argumento que pone sobre la mesa Lucho para no contar con Aspas es defensivo. No presiona. No corre lo suficiente. ¿Esto es cierto?
Solo hay que ver un partido del Celta para saber que es completamente falso. Los de Coudet son uno de los equipos que más presionan en campo rival y Aspas es la pieza clave en ese inicio de presión de un equipo que juega con una intensidad brutal y un ritmo altísimo. A simple vista se ve que la justificación de Luis Enrique para argumentar la ausencia de Iago es una milonga. Pero no solo la vista deja por los suelos al seleccionador español, los datos, las estadísticas le retratan.
Si hablamos de capacidad de asociación y comparamos a Aspas con los dos delanteros de Luis Enrique a día de hoy, Raúl de Tomás y Morata, las cifras cantan: Aspas terminó la temporada pasada con 1.237 pases (934 buenos), Raúl de Tomás dio 720 pases (604 buenos) y Álvaro Morata dio 635 pases (481 buenos).
Vamos con los datos defensivos. Aspas, que es el segundo atacante de toda la Liga que más recuperaciones hace en campo contrario, ha robado este curso un total de 113 balones, una media de 3,05 por partido. El delantero perico ha recuperado 67 (1,97 de media) y Álvaro Morata recuperó 88 balones (2.51 por encuentro). En kilómetros recorridos por encuentro Iago Aspas supera en casi un kilómetro de media a Raúl de Tomás. El celeste hizo una media de 9,7 kilómetros por partido por los menos de 9 kilómetros de media del nueve perico.
Por último, el técnico asturiano recordó que los jugadores que fueron a la selección y no cumplieron con su exigencia dejaron de ser citados. Aspas ha sido internacional en 18 ocasiones -jamás ha jugado un partido completo-. Ha acumulado 679 minutos con España en los que ha marcado 6 goles y ha dado 6 asistencias, participando en una acción de valor gol cada 56 minutos. Otro embuste del bueno de Lucho.
Luis Enrique, que puede convocar a quien quiera ya que es él quien decide, se ha sacado de la chistera una excusa barata falsa y totalmente injustificable para aclarar la ausencia reiterada del Zarra del fútbol español -esta temporada terminó con 18 goles y 5 asistencias-. Para decir una trola y tomar por tonto al personal es mejor estar callado.
La verdadera justificación a la ausencia de ciertos futbolistas con la selección es simple: el orgullo y la cabezonería pesan mucho más que lo futbolístico. Y si no que se lo digan al bueno de Nacho que tiene que ver desde el sofá de su casa al blando de Eric García siendo superado por su par un día sí y otro también. Si dices "yo soy el seleccionador y convoco a los que me da la gana" quedas mucho mejor, no te crece la nariz y comienzas a parecerte a Pinocho, Lucho.