
El Valencia se hunde en la tabla. Los de Rubén Baraja sufrieron una dura derrota en Mestalla contra la Unión Deportiva Las Palmas -los canarios llegaban como colistas en el debut de Diego Martínez como nuevo entrenador-, vencieron 2-3 e instalaron una crisis brutal al conjunto de la capital del Turia.
La fiel afición del Valencia no puede más. Su equipo cierra la clasificación con tan solo seis puntos, el equipo va a la deriva con un propietario, Peter Lim, que ni está ni se le espera y la posibilidad de un descenso a Segunda cada vez es más real.
Tras el partido, algunos aficionados mostraron su malestar y Valencia ardió. La Policía Nacional ha detenido a un hombre de 46 años como presunto autor de un delito de desórdenes públicos y desobediencia grave tras los altercados ocurridos tras el encuentro cuando un grupo de seguidores se concentraron en la puerta de acceso principal al estadio para mostrar su disconformidad por el resultado del encuentro y por la tensa situación en la que se encuentra el Valencia CF.
Según fuentes policiales, un grupo de unas 250 personas -algunas con la cara cubierta para evitar ser identificadas- provocaron una serie de desórdenes públicos en los alrededores del estadio de Mestalla, donde crearon una barricada uniendo contenedores para lanzar objetos como piedras y azulejos contra la Policía.
Ante esta situación, agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP), junto a la Brigada Provincial de Información de la Jefatura Superior de Policía de la Comunitat Valenciana, intervinieron sobre las 23:45 horas para controlar los disturbios.
Además, el servicio de bomberos de Valencia tuvo que extinguir un incendio provocado en parte de ese mobiliario urbano, que calcinó en la vía pública uno de los contenedores utilizados en la barricada.
📹 Imágenes de la situación vivida fuera del estadio de Mestalla
👮🏻♂️ Policías protegen las distintas salidas del estadio de Mestalla pic.twitter.com/5xSY8fvyAf
— Tribuna Deportiva (@TribunaVCF) October 21, 2024
Las mismas fuentes han señalado que para restablecer el orden público, garantizar la seguridad del resto de personas y evitar más daños en el mobiliario público, los agentes tuvieron que utilizar "la fuerza mínima indispensable" para dispersar a estas personas.
