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El Sevilla, indignado por las decisiones y el maltrato recibido por el colegiado ante el Real Madrid en el Bernabéu

Almeyda y Agoumé pusieron el grito en el cielo. Le pitaron tres penaltis en contra, reclamaban uno sobre Juanlu y segunda amarilla a Rodrygo

Almeyda y Agoumé pusieron el grito en el cielo. Le pitaron tres penaltis en contra, reclamaban uno sobre Juanlu y segunda amarilla a Rodrygo
Al Sevilla le pitaron dos penaltis que no era en dos minutos | EFE

Hizo un partidazo el Sevilla ante el Real Madrid. El equipo de Matías Almeyda fue mejor con y sin balón que un conjunto merengue que sobrevivió a base de chispazos (gol a balón parado de Bellingham de cabeza y de penalti de Kylian Mbappé). Su falta de pegada y un enorme Thibaut Courtois le hizo irse de vacío del Bernabéu. Los hispalenses terminaron el encuentro frustrados y muy cabreados con el arbitraje del trencilla gallego Alejandro Muñiz.

Almeyda, que fue expulsado al descanso cuando ya tenía una tarjeta amarilla de la primera mitad, se mostró muy crítico y contundente contra la decisión del árbitro en la rueda de prensa posterior hasta el punto de afirmar que "no" es "ningún payaso de ningún circo" y que "en algún momento van a tener que suspender a un árbitro" porque "dirigen mal".

"Con respecto al árbitro, es muy simple. Tienen micrófonos. Cada partido que jugamos, los entrenadores reclamamos. El reclamo, cuando es con respeto, es válido para mí. Este señor me dijo que estaba cansado de que yo le dijera lo del respeto. Me expulsó porque reclamé una falta en el primer tiempo. Me gustaría que escuchen los audios. Yo no soy ningún payaso de ningún circo, tengo mi historia en el fútbol y tengo historia como hombre", comenzó.

"Los hombres dialogan y la falta de humildad como la que tuvo este señor hoy supera lo que puede ser un diálogo cordial o no… Estamos haciendo del deporte algo que es autoritarismo. Me duele mucho tener que decirlo porque ya dije que no voy a hablar de esto… pero, si no, queda que me expulsaron porque insulté o dije algo. En algún momento van a tener que suspender un árbitro porque dirigen mal", prosiguió.

"En ningún momento he visto que señalasen dos penaltis en dos minutos. ¿Había apuro? No digo que el Real Madrid fuera beneficiado por eso, que quede claro. El Real Madrid ganó. Estoy en contra del arbitraje de este partido. Estamos en un mundo que falta al respeto. Si dentro de esos micrófonos que tienen los árbitros y todos pueden escuchar, si hay una falta de respeto mía o una falta de educación, que lo expongan. Tengo valores. Y no me regalo con nadie. El árbitro tiene que tener hijos y le pueden decir lo que hace mal", completó en su primera respuesta.

Un Matías Almeyda que continuó con su crítica hacia los árbitros, liderados este sábado por Alejandro Muñiz (Comité Gallego), a la vez que apuntó que él no va a cambiar su forma de ser porque "el que calla es un traidor" y él no se considera un "traidor".

"Nos hicieron charlas los árbitros al comienzo de la Liga. Y soy partícipe de que haya diálogo entre todos. Con respeto. Todos somos partes del mismo juego; vivimos gracias al fútbol. Se tiene que poder dialogar. No se puede amonestar por amonestar; no es gratis. Y nos duele. Si hay un insulto de mi banquillo digo que sea juzgado, pero yo no insulto; diálogo y reclamo", dijo.

"¿Cómo no voy a reclamar una falta si me hierve sangre? Tiene que haber un punto medio y no expulsar por expulsar. Es ridículo lo de hoy. Me da hasta vergüenza tener que decirlo. Pero no va a cambiar nada porque soy entrenador del Sevilla. Aprendí algo: entre el que calla y el que habla con respeto; me voy a quedar con el que habla. El que calla es un traidor y yo traidor no soy", añadió.

"Hay testigos. Aprendí algo, siempre hay que tener testigos en la vida. Mañana cumplo 52 años. He caminado bastante. No voy a hacer ningún descargo, esto queda en la conciencia. Yo duermo tranquilo y con eso me vale en la vida", completó en su crítica al arbitraje.

Agoumé, muy crítico

Si Almeyda se quejó del trato recibido, los jugadores del Sevilla salieron indignados al entender que todas las decisiones de Muñiz cayeron en su contra. Un fiel reflejo del sentir general de la plantilla lo mostró tras el encuentro el francés Lucien Agoumé, quien se mordió la lengua a medias a la hora de hablar del arbitraje:

"Nosotros hemos salido para jugar nuestro partido. Después, hay muchos episodios en el partido; de arbitraje también. Mejor me callo porque si no voy a decir cosas… mejor no decirlas", comenzó sus declaraciones en Movistar+.

Luego se fue soltando...

"Es siempre lo mismo, cada año es lo mismo. Nosotros venimos a jugar nuestro partido pero creo que no manejamos nosotros. Lo intentamos en el campo, pero hay decisiones que no son claras. Pero estoy feliz de mis compañeros y lo que hemos hecho hoy; merecíamos un poco más", completó.

El Sevilla sufrió dos expulsiones: el brasileño Marcao, por doble amarilla en los minutos 37 y 68 -muy claras ambas, el brasileño se autoexpulsó-, y su técnico, Matías Almeyda, en el descanso.

Le pitaron tres penaltis en contra -uno a Rodrygo muy claro, los otros en dos minutos los tuvo que corregir el VAR, ya que uno de Oso sobre Bellingham no fue penalti al tocar el canterano el balón en la disputa y el de Sow se produjo fuera del área-, se reclamó la segunda amarilla a Rodrygo por una patada por detrás sobre Marcao y un posible penalti de Fran García sobre Juanlu.

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