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El antisemitismo árabe que aflora en los Juegos de Río

Un judoka egipcio se negó a dar la mano a  un israelí tras el combate. Una judoka de Arabia Saudita se retiró para evitar enfrentarse a una israelita.

Este miércoles los amantes del judo han vivido un hecho insólito. Un judoka egipcio, El Shehaby,  tras su derrota, se negó a a dar la mano a su rival, el israelí Or  Sasson. Sasson venció a El Shehaby con dos derribos para una victoria automática, aproximadamente a minuto y medio del final del combate. 

En una seria violación a la ética del judo, el judoka egipcio no hizo la habitual reverencia ante su oponente y retrocedió cuando este le dio la mano. Tan solo, y ante la insistencia del árbitro, Shehaby se limitó a inclinar mínimamente su cabeza. Los judocas regularmente hacen reverencia o estrechan sus manos al inicio y final de cada combate, como señal de respeto en el arte marcial japonés.

Hay que recordar que los estados árabes se niegan a reconocer como un Estado judío a Israel y muestran, incluso en las pruebas olímpicas, un antisemitismo exacerbado. 

En Egipto, que curiosamente fue el primer país del mundo árabe en firmar un acuerdo de paz y normalizar sus relaciones con Israel, después de décadas de enfrentamientos, las voces críticas nacionalistas y de tendencia islamista a El Shahaby por aceptar enfrentarse a un judoka israelí habían sido multitudinarias y feroces. A pesar de que la semana pasada el presidente del Comité Olímpico Egipcio Hesham Hatab declaró que el deportista no se retiraría del torneo, porque Egipto “no mezcla política y deporte”, al final, y con una derrota bajo el brazo, el judoka egipcio ha tenido un feo de rechazo a todo un país. 

Una judoka de Arabia Saudí se retira

Si el gesto que tuvo el judoka egipcio El Shahaby es difícilmente comprensible, menos aún es el acto protagonizado por la judoka de Arabia Saudita, Joud Fahmy, quien se dejó ganar a propósito para evitar enfrentarse en la siguiente ronda contra una judoka israelita, Gili Cohen. 

Fahmy habría fingido una lesión antes de verse las caras contra la judoka de las Islas Mauricio, Christianne Legentil, combate en el que la árabe era la clara favorita.

Según Times of Israel, a Joad Fahmy la habrían presionado autoridades de su país para fingir su lesión y así no tener que pelear contra la competidora europea.

Encontronazo en un autobús entre deportistas de Israel y Líbano

En la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos ya se produjo un altercado entre un país árabe, Líbano, e Israel. Y es que ambas delegaciones olímpicas se enfrascaron en una acalorada discusión por el acceso a un autobús. Ambas partes admitieron que el jefe de la delegación libanesa impidió el acceso al autobús de los deportistas israelíes.

El encargado de la delegación libanesa, Salim Haj Nicola, justificó la decisión argumentado que tenía derecho a evitar que los atletas de otros países subieran a un autobús reservado para ellos.  "Pedí al chófer que cerrara la puerta, pero el guía con el equipo israelí no se lo permitió", dijo Haj Nicola al diario libanés An-Nahar. "Luego me paré en la puerta del bus para evitar que el equipo israelí subiese, y algunos intentaron entrar y pelear".

Para Israel, los motivos del rechazo son claros. El entrenador de vela Udi Gal dijo que les impidieron abordar el autobús en la villa olímpica por motivos políticos. "El chofer abrió la puerta y empezamos a subir, pero luego el jefe de la delegación libanesa bloqueó la entrada y no nos dejó subir", relató Gal al canal 2 de la televisión israelí. "Queríamos defendernos, pero tampoco queríamos ocasionar problemas". Gil Lusting, jefe de la delegación de Israel, indicó que el comité organizador se encargó de los arreglos de la transportación a la ceremonia en el estadio Maracaná y "vio el comportamiento descortés del jefe de la delegación libanesa y de inmediato nos consiguió otro autobús". "El comportamiento del jefe de la delegación libanesa contradice la Carta Olímpica", agregó.

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