Los calambres musculares son contracciones o espasmos totalmente involuntarios que se dan en uno o más músculos a la vez, es decir, que un músculo se contrae o se pone en tensión sin que la persona afectada tenga la intención de hacerlo ni que tampoco sea capaz de relajarlo. De manera habitual suelen darse durante o después de realizar algún tipo de ejercicio, aunque también pueden aparecer mientras se está en reposo o durmiendo. ¿Qué músculos suelen verse afectados? Los músculos más afectados son los muslos o pantorrillas, los pies, las manos, los brazos e, incluso, el abdomen y la caja torácica. Estos espasmos suelen ser bastante dolorosos y pueden llegar a durar desde unos segundos a varios minutos. Además, después de tener un calambre se suele sentir el músculo algo resentido y cansado, aunque no tiene mayores consecuencias que la molestia en la zona afectada.
Y, ¿Por qué aparecen estos calambres musculares? La causa principal suele ser el cansancio debido a un esfuerzo excesivo o un movimiento poco usual. No obstante, la causa exacta de los calambres no siempre es clara, pero existen algunos factores comunes que pueden desencadenarlos.
Principales causas de los calambres musculares
Las causas por lo general son desconocidas pero los calambres musculares pueden relacionarse generalmente con la tensión excesiva de un músculo, ya sea por practicar deporte o cualquier actividad que implique mantenerlo en una misma posición por un tiempo prolongado.
Existen también ciertas enfermedades o problemas de salud que pueden traer consigo efectos adversos como los calambres musculares. Algunas de las afecciones que pueden provocarlos son:
- Estenosis lumbar: la presión que el crecimiento óseo genera en los nervios que atraviesan el hueco que pasa por dentro de la columna vertebral, pueden generar algunos síntomas como calambres y adormecimiento de las piernas por la presión excesiva de los nervios.
- Problemas de circulación: este tipo de calambres ocurre por lo general al hacer ejercicio, cuando los músculos necesitan más sangre y oxígeno para funcionar y se ven limitados por una mala irrigación sanguínea.
- Insuficiencia de minerales: los diuréticos, muchas veces recetados para enfermedades arteriales, o simplemente una dieta que no aporte las cantidades suficientes de magnesio, potasio o calcio pueden contribuir a que una persona sufra de calambres musculares.
- Deshidratación: ya que el agua es esencial para el buen funcionamiento de los músculos. Por ello, cuando no se consume suficiente agua, los músculos pueden volverse más propensos a las contracciones involuntarias. Por otro lado, la falta de minerales como el potasio, el calcio y el magnesio también puede contribuir a los calambres, ya que estos minerales desempeñan un papel crucial en la regulación de las contracciones musculares.
- Cansancio muscular: ya que los músculos fatigados son más propensos a contraerse de manera involuntaria. Además, la falta de estiramiento antes del ejercicio puede aumentar el riesgo de calambres, ya que los músculos pueden volverse más propensos a lesiones y contracciones incontrolables.
- Falta de actividad: Además de por realizar ciertos movimientos, los calambres también suelen aparecer por permanecer largos periodos de tiempo en una misma postura, ya sea sentado, tumbado o, incluso, de pie. La falta de actividad, por tanto, no es nada recomendable.
Por otra parte, las personas mayores los tienen porque pierden masa muscular y sus músculos se esfuerzan de más. También se suelen dar por causa de desórdenes en la sangre o en el sistema nervioso. Además, algunas enfermedades ocasionan calambres, dentro de estas están: Las arterias no funcionan bien debido a que se encogieron y no envían suficiente sangre a las piernas, lo que se conoce como arterioesclerosis. Los nervios de la columna vertebral se están apretando, conocido como estenosis lumbar, y envíen señales de dolor a las piernas. Una disminución de electrolitos en la sangre, que son sustancias que se encuentran en la sangre y las cuales contienen energía. Por esta razón ayudan con ciertos procesos del cuerpo, como el movimiento muscular.
Cómo prevenir los calambres musculares
- Hidratación: no solo es necesario beber líquidos durante la actividad física, sino que hay que hacerlo de manera constante a lo largo de todo el día. No hay una cantidad exacta, ya que depende de cada persona lo que necesite (edad, consumo de alcohol, medicamentos que tome, etc). pero, ¿Cómo se puede saber si se bebe suficiente agua? Una buena forma de detectar el nivel de hidratación es poner atención en el color de orina: cuanto más oscuro, mayor es la deshidratación. Además, consumir alimentos ricos en potasio, calcio y magnesio, como plátanos, productos lácteos y frutos secos, también puede ser beneficioso. Pero la hidratación no es solo beber agua sino que bebidas naturales, como el agua, las infusiones naturales sirven, además, hay que recordar que no es recomendable que se consuman productos con alto contenido de azúcar, es mejor evita los refrescos y las bebidas comerciales.
- Reposo: muchas veces los calambres musculares ocurren por una sobre exigencia muscular. Hay que tener en cuenta que el deporte es muy bueno, pero a veces el cuerpo necesita relajarse. Por ello, no esta de más probar a reducir la actividad física para que los músculos puedan descansar.
- Estirar los músculos: la elongación muscular es fundamental para evitar los calambres ya que tiene la finalidad de estirar los músculos y darles mayor flexibilidad para evitar no solo calambres, sino también otras lesiones. Por ello, es necesario elongar los músculos antes y después del ejercicio físico y antes de acostarse y después de levantarse de la cama. En algunas ocasiones es aconsejable realizar algunos estiramientos tanto para prevenir como aliviar con los calambres musculares. Si el calambre se produce, por ejemplo, en una pierna, o brazo, lo mejor es realizar un leve estiramiento del músculo.
- Masajes: frotar suavemente el músculo acalambrado sirve para ayudar a relajarlo. Si se tienen calambres en la pantorrilla y no hay posibilidad de levantarse, una opción es sentarse con la pierna del calambre extendida. Hay que intentar tirar de la parte de arriba del pie hacia el cuerpo mientras se mantiene la pierna recta. Del mismo modo, esto también ayuda a aliviar los calambres en la parte baja de la espalda. Para un calambre en la parte de adelante de los muslos (cuádriceps), hay que intentar tirar del pie hacia arriba.
- Aplicar calor o frío: Usar una toalla tibia o una almohadilla de calor sobre los músculos tensos. Darse un baño tibio o dirigir el chorro de una ducha caliente hacia el músculo acalambrado puede ayudar a reducir los calambres.
- Compresas de hielo: Como una primera medida, se debe colocar un poco de hielo en la zona afectada. Esto hará que el músculo se relaje, ayudando con el calambre muscular. El motivo es que poner hielo sobre el músculo afectado puede reducir la transmisión de los impulsos del cerebro al músculo hiperactivo. Por eso, resulta idóneo para los calambres cuyo origen es la sobreestimulación del músculo.
- Calzado: muchas veces un calzado no apropiado puede poner en tensión un músculo durante un periodo de tiempo prolongado. Por ello, si se practica alguna actividad física, es importante asegurarse de tener un calzado correcto.