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Žarko Dolinar, el jugador de tenis de mesa Justo entre las Naciones por salvar la vida a decenas de judíos

Fue uno de los mejores jugadores de tenis de mesa del mundo. Y durante el Holocausto, salvó la vida de decenas de judíos. Hoy recordamos su historia.

Fue uno de los mejores jugadores de tenis de mesa del mundo. Y durante el Holocausto, salvó la vida de decenas de judíos. Hoy recordamos su historia.
: Zarko Dolinar, durante un partido de tenis de mesa | Página web oficial Yad Vashem

La suya podría limitarse a la vida de uno de los mejores deportistas de la historia de la extinta Yugoslavia. El primero en proclamarse campeón del mundo en su especialidad: el tenis de mesa. Referente europeo y mundial durante décadas. Leyenda croata.

Pero no se conformó con eso. Durante uno de los periodos más negros de la historia reciente se hizo valer de su condición de estrella para, a pesar de los innumerables peligros que suponía y las dramáticas consecuencias que podía acarrear, salvar la vida de decenas de personas. Judías todas ellas.

Por eso hoy, en el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, en el día en que el mundo entero recuerda las más de 15 millones de víctimas (seis millones de ellas, judíos) durante aquel genocidio, recordamos la historia de este héroe deportivo, y sobre todo humano.

Mucho más que un deportista

Žarko Dolinar nace en Koprivnica, ciudad croata a la que se habían mudado sus padres procedentes de Eslovenia, el 3 de julio de 1920.

Sus inquietudes infantiles le llevan hacia el tenis de mesa, donde se muestra como uno de los grandes talentos deportivos de Yugoslavia. Con apenas 18 años, y mientras compagina con sus estudios de biología (llegaría a ser profesor universitario en Basilea), se proclama campeón nacional.

Un año más tarde, en 1939, Žarko Dolinar se hace con la medalla de bronce en los Campeonatos del Mundo de tenis de mesa disputados en El Cairo. Un campeonato en el que además logrará la medalla de plata en equipos. Se convierte en todo un referente deportivo en el país yugoslavo. Es amado por el pueblo, ávido de iconos deportivos.

Menos de dos años después de aquellos éxitos, Dolinar, y toda Yugoslavia, vivirán una pesadilla. En abril de 1941 se produce la invasión alemana. En once días el país se rinde, y es ocupado y dividido de manera inmediata.

Bajo dominio alemán, comienzan a aplicarse las mismas normas. También las referidas a los judíos, que eran asesinados –especialmente en Croacia- o enviados a campos de concentración.

Y es aquí cuando se erige la figura humana de Žarko Dolinar. La inmensa figura humana.

En contacto continuo con la comunidad judía de Zagreb al haber formado parte del equipo técnico del Maccabi Sports Club, decide ponerse manos a la obra junto a su hermano Boris. Aprovechándose de su reputación, del respeto que le tenían todos en Yugoslavia por tratarse de un deportista idolatrado, comienza a extraer a escondidas documentos de identidad y sellos en blanco de las oficinas municipales de la Ustacha. El objetivo, crear certificados y permisos de viaje falsos que posteriormente distribuirá entre los judíos perseguidos. De ese modo, permitiría su huida.

Como en el caso de Geršon Apfel, uno de sus discípulos en el Maccabi. Dolinar sabía que en cuestión de días iba a ser deportado a un campo de concentración junto a otros compañeros. Le hizo llegar un permiso de viaje para cada uno de ellos, y les acompañó a escondidas hasta la estación de trenes, desde donde consiguieron llegar a Hungría, lugar en el que los judíos aún no eran perseguidos.

No sólo eso. También se encargó de hospedar a familias enteras en su casa, hasta conseguir que abandonaran el país. Entre todas aquellas que ayuda se encuentra la familia Duic. Padre, madre, un hijo, y una hija, Judith, con quien Žarko terminará casándose años más tarde.

A pesar de que las autoridades sospechaban de Žarko y Boris Dolinar, nunca serían arrestados debido a las consecuencias que podría alcanzar la situación entre la gente que seguía aclamándole como gran campeón. Sí que encarcelaron al padre durante algún breve tiempo, aunque aquello no hizo detener su actividad.

Se estima que entre 1941 y 1943 los hermanos Dolinar contribuyeron de un modo u otro a la huida, a la salvación, de varias decenas de judíos.

Regreso a la elite deportiva

Tras el final de la Segunda Guerra Mundial Žarko Dolinar regresará a la competición deportiva. Y lo hará como se fue: ganando.

En total conseguirá hasta seis medallas más en Campeonatos Mundiales, entre individuales, dobles y dobles mixtos. A destacar sobre todo el oro logrado en 1954 en Londres, en la modalidad de dobles. Un triunfo que le convertiría en el primer croata campeón del mundo de cualquier disciplina deportiva. En ese mismo 1954 será declarado Deportista Yugoslavo del año.

Además conquista también tres títulos del English Open, lo que le establecen como uno de los mejores jugadores europeos y mundiales de la década de los 50.

Por todo ello, en 2016 Žarko Dolinar sería incluido en el Salón de la Fama del tenis de mesa mundial. 13 años después de su muerte, que se produjo el 9 de marzo de 2003 en Basilea, a la edad de 82 años.

Justo entre las naciones

Pero probablemente el mayor reconocimiento a su vida y obra llegaría mucho antes. En vida. El 8 de septiembre sería distinguido -junto a su hermano Boris- como Justo entre las Naciones, un nombramiento con el que se rinde el máximo honor a aquellas personas que, sin ser de confesión o ascendencia judía, prestaron ayuda de manera altruista y singular a las víctimas, por su condición de judíos, del Holocausto.

Las decenas de vidas a las que contribuyeron a salvar durante la ocupación nazi de Yugoslavia bien lo valen.

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