
Un estudio en el Journal of Sports Sciences con 175 atletas femeninas de élite revela que la mayoría prefiere la categorización por sexo biológico, considerando injusta la inclusión de mujeres trans en deportes basados en factores biológicos relacionados con el rendimiento, apoyado por diferencias físicas respaldadas científicamente que subrayan la falta de equidad en la competición, incluso cuando los atletas trans han sido sometidos a terapias hormonales.
En España, la "Ley trans", promovida por la exministra Irene Montero, ha generado una serie de controversias entre otras, el impacto que ha tenido en las competiciones deportivas femeninas. La preocupación radica en que cualquier hombre que se autodetermine mujer podrá participar en estas competiciones, lo que puede no garantizar la equidad en la competición.
El COI ha sido clave en la categorización por sexo en el deporte desde la década de 1900. Inicialmente, se emplearon pruebas de "feminidad", eliminadas en los Juegos Olímpicos de 2000. En 2004, se emitieron recomendaciones para atletas trans, exigiendo cambios anatómicos y terapia hormonal. En 2015, se eliminaron los requisitos quirúrgicos, estableciendo pautas basadas en niveles de testosterona para mujeres trans.
En 2021, el COI introdujo un marco de 10 principios para guiar a las federaciones en la definición de criterios de elegibilidad para atletas transgénero, destacando la consulta a los atletas y el uso de pruebas confiables revisadas. Sin embargo, este marco de 10 principios del COI ha generado controversia al no respaldar la presunción de ventaja basada en la evidencia científica de las diferencias físicas entre los cuerpos masculino y femenino debido a la exposición a la testosterona durante el desarrollo masculino.
¿Qué dice la ciencia?
Diversos estudios científicos han evidenciado a lo largo de los últimos años las diferencias físicas entre los cuerpos masculino y femenino debido a la exposición a la testosterona durante el desarrollo masculino, lo que otorga una ventaja atlética masculina en términos de masa muscular, fuerza, potencia, resistencia y capacidad aeróbica. Entre los más recientes encontramos las investigaciones del año 2021, como las de la Dra. Hilton de la Universidad de Manchester en Inglaterra, donde señala que la brecha de rendimiento entre hombres y mujeres se manifiesta durante la pubertad, con variaciones del 10% al 50%, dependiendo del deporte, siendo más pronunciadas en actividades que requieren mayor masa muscular y fuerza explosiva.
En los estudios longitudinales analizados por la Dra. Hilton sobre la supresión de la testosterona en mujeres transgénero observó cambios modestos en la musculatura y capacidad atlética, con una reducción de aproximadamente el 5% en masa corporal magra, área muscular y fuerza después de un tratamiento de 12 meses.
Investigaciones más recientes, como las publicadas en la revista Sports (basel) por la Dra. Tidmas de la Universidad of Hertfordshire en Inglaterra en julio de 2023 y, el el Dr. Lundberd del Instituto Karolinska en Estocolmo, Suecia, publicada en marzo del 2024, respaldan los resultados publicados por la Dra. Hilton.
Por lo tanto, la evidencia científica sugiere que la supresión de la testosterona puede reducir ligeramente la ventaja muscular de las mujeres transgénero, aproximadamente un 5%, pero sigue siendo una reducción mínima, lo que plantea desafíos para garantizar una competición de alto nivel justa y segura.
¿Qué piensan las deportistas de élite sobre este tema?
Hasta hace poco, la perspectiva de las atletas de élite sobre la inclusión de atletas transgénero en el deporte era poco conocida. Sin embargo, un pequeño estudio en 2022, que involucró a solo 19 mujeres olímpicas, mostró un bajo apoyo a estas políticas, si bien el tamaño limitado del estudio, 19 atletas, dificultaba sacar conclusiones generalizadas. Recientemente, el 16 de abril de 2024, se ha publicado un estudio más amplio y riguroso en el Journal of Sports Sciences, revista revisada por pares, que contó con la participación de 175 atletas femeninas de élite, proporcionando una visión más completa sobre este tema, incluyendo opiniones de campeonas y medallistas olímpicas y Paralímpicas.
En este último estudio, se compararon diferentes categorías, como deportes olímpicos actuales frente a los olímpicos reconocidos, atletas de élite versus de clase mundial, y atletas olímpicas actuales versus retiradas. La mayoría de las encuestadas (58%) prefirieron la categorización por sexo biológico y consideraron injusta la participación de mujeres trans en la categoría femenina, excepto en los deportes de precisión. Las atletas de clase mundial respaldaron esta postura de manera más contundente, un 77% consideró injusta esta inclusión. Respecto a la inclusión de hombres trans en la categoría masculina, la mayoría la encontró justa, salvo en deportes de contacto (49% injusto, 27% regular) y aquellos que requieren gran capacidad física (53% injusto, 29% regular). En resumen, las atletas de élite del estudio abogaron por la categorización por sexo biológico y no apoyaron la inclusión de mujeres trans en deportes de alto rendimiento.
Por lo tanto, parece claro que tanto los factores biológicos de rendimiento como la opinión de las atletas de élite coinciden y desafía las políticas actuales del COI y la "Ley trans" en España, al mostrar una falta de equidad con la participación de mujeres trans en competiciones deportivas de alto nivel. Es crucial abordar estas discrepancias para garantizar competiciones justas y equitativas en el deporte de élite.

