Asma y deporte profesional: ¿hasta qué punto es compatible?

El asma es una afección pulmonar caracterizada por el estrechamiento de los bronquios de forma transitoria y reversible. Por este motivo se dificulta el paso del aire con sensación de ahogo, presión al respirar, tos seca y ruidos en el pecho. Una vez superado el episodio, el estrechamiento desaparece y el paciente vuelve a encontrarse bien. Cada uno de los episodios de estrechamiento bronquial se denomina crisis asmática. Pero, ¿qué factores pueden ocasionar estas crisis? La alergia a los ácaros del polvo, los pólenes, los hongos y los epitelios de los animales. El motivo es que, cuando la persona padece algunas de estas alergias sus vías respiratorias se vuelven más sensibles frente a diversos estímulos, como por ejemplo el ejercicio físico.

Esta no es una enfermedad que sea de unos pocos sino que su prevalencia va aumentando a nivel mundial, actualmente afecta aproximadamente a 340 millones de personas. Debido a los síntomas que genera se puede pensar que la actividad física y esta enfermedad nunca pueden ir de la mano pero nada más lejos de la realidad sino que, en ocasiones, el deporte es aconsejable con asma. De hecho, el asma no es excusa para no realizar ejercicio físico, pero, ¿se puede llegar a ser estrella del fútbol? ¿y de cualquier otro deporte profesional?

Factores que desencadenan asma

• Alergias: Una persona es alérgica cuando reacciona de manera anormal a sustancias específicas. Estas sustancias hacen que el organismo produzca anticuerpos en abundancia, que combinados con ellas provocan la liberación de sustancias químicas que pueden causar el estrechamiento de los bronquios.
• Infecciones víricas: Los estornudos, la nariz que gotea y la fiebre aparecen antes que la tos y los silbidos. Seguramente, la inflamación que provoca el virus irrita las vías aéreas, consiguiendo la contracción de la musculatura bronquial.
• Factores climáticos: También provocan crisis de asma el aire frío, la niebla, la bajada brusca de las temperaturas y el ambiente húmedo.
• Contaminación y sustancias irritantes: El humo del tabaco es como mínimo 10 veces más potente como agente irritante que los índices más altos de contaminación que se registran en las ciudades.
• Factores emocionales: El estrés y las tensiones familiares pueden agravar la enfermedad y, a veces, facilitar su ataque. Hay que tener un buen conocimiento de la enfermedad para poder hacerle frente.
• Medicamentos: Algunos medicamentos como la aspirina, el ibuprofeno…, pueden producir crisis asmáticas.
• Alimentos: No es frecuente que sean causa de crisis, pero, si se observa alguna alteración asmática con la ingesta de algún alimento o al tomar determinadas bebidas, hay que eliminarlos. Los alimentos más asociados a problemas alérgicos son los frutos secos.
• Ejercicio físico: Muchos niños sufren asma inducida por el ejercicio. Sin embargo, los niños con asma no deben evitar el ejercicio físico, y no deben ser excluidos de las actividades deportivas. Hay que estudiar qué actividades les son más convenientes.

¿Afecta el asma al deporte? ¿Y viceversa?

La práctica de deporte es beneficiosa para la salud en general y eso no es diferente en las personas que padecen asma. El motivo es que, además de ayudar a luchar contra la obesidad, el entrenamiento favorece el fortalecimiento de los músculos y el aumento de la tolerancia al esfuerzo. Por ello, practicar deporte forma parte de los consejos proporcionados en los programas de educación del paciente asmático.

No obstante también hay que tener en cuenta que el ejercicio físico es una de los factores desencadenantes de crisis asmáticas. Esta es la razón por la cual hasta hace poco se prohibía el deporte y se limitaban las clases de gimnasia en los niños asmáticos. Afortunadamente, esta tendencia ha cambiando en los últimos años y los pediatras aconsejan seguir programas de ejercicio para aprovechar los beneficios que la actividad física aporta en esta enfermedad. Es importante tener muy claro que el ejercicio físico no cura el asma, pero ayuda a convivir mejor con la enfermedad. El motivo es que practicar un deporte aeróbico de forma continuada consigue mejorar el umbral de crisis, de modo que serán necesarias mayores intensidades en el esfuerzo para que aparezcan nuevos ataques.

¿Cómo afecta el asma al rendimiento deportivo?

Es cierto que el ejercicio físico intenso puede desencadenar la aparición de síntomas del asma, como la tos, la dificultad respiratoria y sibilancias debido a la deshidratación y enfriamiento de la mucosa respiratoria. Sin embargo, con el tratamiento y seguimiento médico adecuados se puede controlar sin mayores problemas. También es cierto que los deportes de resistencia y aquellos que requieren un gasto energético durante un periodo de tiempo prolongado, como es el caso del fútbol, no están entre los más recomendados, pero pueden perfectamente siempre que se tengan en cuenta algunas precauciones importantes. ¿Qué se debe tener en cuenta para practicar fútbol con asma?

• El asma debe estar controlado.
• Hay que tener una buena adherencia terapéutica, es decir, que el paciente cumpla con el tratamiento indicado por el profesional sanitario.
• El deportista debe conocer las situaciones que le pueden empeorar el asma y detectarlas a tiempo para que no desencadene una crisis.
• Los compañeros y el entrenador tienen que conocer que el deportista padece asma para saber cómo actuar en caso de que aparezcan síntomas.

Actividades que producen más síntomas de asma

• Actividades con ventilación/minuto alta: carrera de resistencia, ciclismo, baloncesto, futbol, rugby.
• Actividades con aire frío y seco: patinaje y hockey sobre hielo, esquí nórdico.
• Todas aquellas actividades en exterior en época de polinización en el caso de que la persona tenga alergia a dicho polen.

Actividades que producen menos síntomas de asma

• Actividades con ventilación/minuto baja: balonmano, tenis, juegos de raqueta, gimnasia, kárate, lucha, golf, béisbol, esquí alpino, ejercicios isométricos.
• Actividades con aire cálido y húmedo: natación, waterpolo, trampolín. Excepto en aquellas personas con alergia a hongos de la humedad que deben evitarlas.

Manejo del asma en el deporte profesional

• Tener un buen control del asma: No salir a correr o hacer deporte que pueda empeorarlo si está mal controlado o está en mitad de una crisis.
• Adaptar el tipo de deporte en función de la temporada: Si uno es alérgico al polen, no es recomendable que practique deporte al aire libre en primavera en momentos del día de máxima polinización.
• Los más beneficiosos son los deportes aeróbicos: Natación, correr y bicicleta. La natación puede ser un deporte especialmente beneficioso ya que habitualmente se realiza en condiciones cálidas y húmedas, y es menos probable que se asocie al asma de esfuerzo. Si bien, hay un grupo de personas que al nadar en piscinas de interior y exponerse a ambientes con mucha concentración de cloro pueden experimentar síntomas irritativos como tos, e incluso empeoramiento del asma. Suele ser muy fácil de identificar porque los síntomas se producen a las pocas horas de la exposición,
• Tratamiento médico adecuado: Los inhaladores de acción rápida y prolongada son fundamentales. Además, los atletas deben seguir un plan de tratamiento supervisado por un médico especializado.
• Siempre debe tener disponible la medicación de rescate, y utilizarse antes del ejercicio si tiene asma de esfuerzo y/o se lo han aconsejado sus médicos.
• Calentamiento y enfriamiento: Un calentamiento gradual antes de entrenar y un enfriamiento después de la actividad física pueden reducir el riesgo de crisis asmáticas.
• Conocimiento de los desencadenantes: Identificar y evitar factores que agraven los síntomas, como ciertos ambientes o niveles extremos de intensidad, es esencial.