El Holocausto, terrorífico, tuvo también grandes héroes. Personajes, anónimos algunos y otros cuyo legado ha trascendido, que se enfrentaron a la adversidad no sólo para salvar su vida, sino para salvar la de tantos otros. Y muchos de esos héroes han estado relacionados con el mundo del deporte. Ya hemos contado aquí algunas de esas épicas historias, como la de los futbolistas Itsvan Tóth y Geza Kertész y su Grupo Melodía, o la del jugador de tenis de mesa Žarko Dolinar y sus documentos falsificados.
Hoy, nos detenemos en una mujer. Una brillante nadadora, que aprovechó su situación, y arriesgó su vida, para salvar a cientos de judíos. Todo, mediante la asociación Hablando con los Ángeles. Una bendición.
Bronce de Europa
Margit Eugenia Mallasz, más conocida como Gitta, nace el 21 de junio de 1907 en Ljubjana, actual Eslovenia, entonces parte del Imperio Austro-Húngaro. Forma parte de una familia bien situada económicamente, lo que le permite estudiar Artes Gráficas.
Lo compagina con su gran pasión deportiva: la natación. En la que Gitta sobresale. En 1926 y 1929 se proclama campeona nacional de Hungría en estilo espalda y estilo libre, respectivamente. Su mejor resultado llegará en los Europeos de París de 1931: se hace con la medalla de bronce en los 4×100 metros estilo libre.
Paralelamente desarrolla su carrera como creadora de contenidos gráficos. Lo hace en un taller dirigido por su amiga Hanna Dallos y el marido de ésta, Joseph Kreutzer. Con ellas trabaja también Lili Strausz. Juntos intentan dar al arte un sentido más espiritual, en busca del significado de la vida. Era el comienzo de Hablando con los Ángeles: diecisiete meses de conversaciones y de instrucciones espirituales recibidas y transmitidas por los cuatro miembros, aunque sobre todo por Hanna.
Pero hay un problema en toda aquella buena causa: todos son judíos. Así que cuando el antisemitismo crece de manera alarmante en Budapest, se ven obligados a huir. Gitta no lo hace. Ella decide quedarse, y pasa a dirigir el taller.
Oro de la historia
Pronto, con la colaboración del padre Kilinda, pasará del taller a una productora de uniformes militares. De ese modo podían trabajar bajo el auspicio de las SS. Todo, con el objetivo de salvar tantos judíos como fuera posible. La única condición que pone Gitta es que puedan entrar a la fábrica sus amigas Hanna y Lili. Joseph ya había sido deportado a un campo de concentración.
Al ser éste un taller que contribuye al esfuerzo de guerra alemán, está permitido emplear judíos siempre y cuando estén registrados y autorizados. Así, son decenas decenas las mujeres judías –y sus hijos- que irán trabajando en el taller. De cada vez más. Algo así como lo que se narra en La lista de Schindler.
La cosa marcha relativamente bien, hasta que en octubre de 1944 la Cruz Flechada toma el control del gobierno húngaro. Inicia una brutal persecución contra todos los judíos de Budapest. Y el taller de Gitta y Klinda pasa a ser un objetivo.
Un mes más tarde hombres de la Cruz Flechada irrumpen en el taller. Esgrimen que éste no cuenta con el permiso necesario. Tras ello, lo que pretenden es eliminar a todos los judíos que ahí se encuentran. Solicitan a Gitta una lista de nombres de trabajadores, bajo amenaza de muerte. Gitta lo hace. Con un listado reducido respecto a la realidad. Varios de los nombres que en él aparecen son judías que ya han conseguido huir previamente. Algunas de las mujeres que aparecen en la lista son atrapadas. Pero la noticia llega al padre Klinda, que logra devolverlas al taller.
Sólo han esquivado una primera bala. Así que Gitta Mallasz idea un plan. Primero, acude a ver a unos soldados alemanes que se hallan cerca del taller para que les otorgue un permiso de que se encuentran trabajando bajo los auspicios de las SS. Aun con el riesgo que supone, lo consigue. Pero eso sólo les otorgará un poco más de tiempo. Lo que realmente hace es poner a funcionar una maquinaria, túnel en el taller incluido, para que las trabajadoras puedan ir huyendo poco a poco.
Para cuando miembros de la Cruz Flechada regresan al taller, todo está funcionando. Incluso se produce un enfrentamiento entre esos miembros y algunos de las SS que les aseguran que aquellas mujeres pueden estar trabajando ahí. Mientras todo eso sucede, la mayoría de las trabajadoras ya han conseguido huir. En total, se estima que fueron más de cien las mujeres, niños y algún hombre que consiguen salvar la vida con ese proceso.
Al final serán 16 las mujeres arrestadas y trasladadas a Ravensbruck, el campo de concentración nazi exclusivo para mujeres. Entre ellas, Hanna Dallos y Lili Strausz, las amigas de Gitta, que se habían quedado hasta el final ayudando a que las demás pudieran ir escapando. Nunca más se sabría de ellas.
De entre aquellas 16 mujeres sólo Eva Langley-Dános logra sobrevivir. Sus informes sobre lo que había sucedido en el taller y posteriormente en el campo de concentración resultarían cruciales para que la historia fuera verificada.
Hablando con los ángeles
Gitta Mallasz continúa en Budapest. La situación no mejora. Sólo ha cambiado. Ahora es el comunismo y la opresión soviética las que le persiguen. Consigue ayudar a sus padres y otros familiares a salir adelante. Y cuando estos terminan falleciendo, ella abandona el país. Se traslada a Francia, donde vuelve a regentar un taller de arte, y se casa con un judío que había sido brigadista internacional en la Guerra Civil española.
A Francia se lleva los manuscritos de aquellas conversaciones espirituales con Hanna y Lili en busca de la libertad y el sentido de la vida. Minuciosamente los va redactando en forma de libro, bajo el nombre Talking with angels. Una obra que con el paso de los años se ha ido traduciendo a diferentes idiomas, 21 en total, con gran éxito. En español su nombre es Respuesta del ángel.
Margit Eugenie Mallasz fallece en la campiña francesa el 25 de mayo de 1992, a los 85 años.
El 11 de febrero de 2011 es reconocida como Justa entre las Naciones. Ella, su historia, su labor incansable y tremendamente peligrosa, eran el ángel valiente que había salvado la vida a más de un centenar de judíos.
Este artículo puede formar parte del libro 'HEROÍNAS a través del deporte', del mismo autor. Una colección de 25 historias de mujeres deportistas que iniciaron nuevos caminos, rompieron barreras, y trascendieron en las generaciones venideras, en la línea del artículo que acaban de leer.

