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Opel Adam: Cubo de Rubik

Hay tantos colores y combinaciones posibles a la hora de personalizar el Opel Adam que cualquiera podrá encontrar su configuración ideal.

Los coches pequeños y caprichosos están de moda, así que Opel no ha querido desperdiciar la oportunidad que le prestaba su extenso banco de órganos para concebir un producto a medida de los usuarios que buscan algo diferente. Dicho y hecho. A base de módulos mecánicos ya existentes, definió un vehículo urbano de tres puertas y cuatro plazas, dotado de motores de gasolina de 4 cilindros y de 1,2 a 1,4 litros. A partir de ese momento empezó todo lo demás: crear una carrocería amigable y realizar un extenso trabajo de marketing para descubrir hasta dónde se podía llegar en temas de personalización, colores, tejidos y materiales, dando a sus diseñadores una gran libertad creativa.

Lo cierto es que Opel ha ido más allá que sus competidores en cuanto a propuestas de estilo. Hay tantas, que incluso para encargar un Adam se requiere de un trabajo especial a base de un configurador y con la ayuda de un vendedor, que ha de tener dotes de personal shopper.

La tarifa de acceso es de 12.080 euros, aire acondicionado incluido. Luego, una vez hecho el pedido, habrá que esperar dos meses hasta su entrega pues en la práctica se tratará de coches a medida. En cualquier caso, las primeras unidades no llegarán a sus destinatarios antes del mes de marzo de 2013, ya que la producción en serie dará comienzo en enero.

El Opel Adam viene buscando el tipo de cliente que adquiere un Fiat 500, pero también aspira al de las versiones menos potentes de Mini, Citroën DS3 y Audi A1. Se trata de un coche de 3,7 m de longitud y una distancia entre ejes de 2,31 m. No es tan pequeño, aunque dentro todo el esfuerzo se ha centrado en el bienestar de los pasajeros delanteros, tal y como hemos podido apreciar en un breve recorrido por los alrededores de Lisboa a bordo de un Adam Jam 1.4 87 CV con suspensión opcional Sport.

La carrocería de nuestro coche de pruebas es azul marino metalizado con techo blanco; estos colores se denominan respectivamente Pump up the Blue y White my Fire en el catálogo de Opel. No lleva ninguna de las pegatinas que se pueden añadir, pero se complementa a base de bien con las llantas Hurricane de 17 pulgadas, rematadas por inserciones plásticas color White my Fire, y con el Pack Extreme, que incluye carcasas de los retrovisores y moldura horizontal de la parrilla en el mismo color blanco. Los nombres se han elegido con una mezcla de buen humor e influencias del mundo de la moda, y los aquí citados no son más que dos de una larga lista.

Sorprendente interior

Ya en el interior, nuestro Adam nos sorprende un poco más, y es que los asientos delanteros son excelentes. Están tapizados en una combinación de tejido Ocio White y piel Sky Cool Grey, que vienen a conformar un bellísimo blanco hielo digno del futuro deportivo de James Bond. Otra cosa es que habrá que tener un cuidado muy especial para que no se manche. Parte inferior del volante, pomo del cambio y del freno de mano, así como perfiles de las vestiduras de puertas son del mismo tipo de piel, formando todo ello el Leather Pack.

Dejando de lado el aspecto estético, la forma de los asientos resulta muy cómoda y el respaldo tiene suficiente altura. Las alfombrillas también son especiales, así como el guarnecido del techo; denominado Clouds and Starlights, es de paño con un dibujo de cielo y nubes, complementado por 64 lucecitas de LEDs a modo de estrellas... todo un detalle para impresionar a tu acompañante. Nuestra unidad incluso lleva asientos y volante calefactables.

El Opel Adam rezuma simpatía, pero lo mejor es que hay ejecuciones disponibles para todos los gustos. En nuestra unidad, las inserciones plásticas que cubren el frontal del salpicadero, la parte inferior de los reposabrazos y el marco de la consola central son del color azul de la carrocería; las hay en muchos más tonos y texturas con la ventaja de que son intercambiables, lo que siempre puede ser una ayuda para revender nuestro Adam si el comprador considera demasiado atrevida nuestra elección.

Siempre en el habitáculo, las dos plazas traseras ofrecen un acceso algo justo. En cuanto a habitabilidad, su altura es escasa y la cabeza está muy cerca del arco del techo.

Tecnología punta

El maletero se queda en una capacidad de 170 litros, conseguidos a base de aprovechar todo lo aprovechable, como el espacio que debería ocupar una rueda de repuesto y que se ha ganado a base de poner un kit antipinchazos. Tampoco es demasiado accesible el umbral de carga, que queda bastante elevado. Plegando los asientos posteriores, se llega a una capacidad de 484 litros y una longitud de 1,04 metros.

A pesar de su pequeño formato, nuestra unidad de pruebas no renuncia a nada. Tiene hasta asistente para arranque en pendiente y sistema para aparcar de brazos cruzados, accionando solamente los pedales. Más práctico es el sistema de infoentretenimiento Intellilink, con pantalla táctil de 7 pulgadas que conectando un teléfono móvil tipo smartphone permite: escuchar música, ver fotos y vídeos, llamar por teléfono, usar aplicaciones, y cambiar ajustes. Entre las aplicaciones descargadas están el control por voz Siri y el útil sistema de navegación BringGo que utilizamos durante nuestro recorrido en Portugal.

En carretera, la suspensión Sport con neumáticos 215/45 R17 resulta un poco dura, y las reacciones son algo vivas (las otras medidas disponibles serán 195/55 R16 y... 225/35 R18) La dirección es bastante directa, con 2,6 vueltas de volante y modo City para hacerla más suave en maniobras. La visibilidad es buena, complementándose con una adecuada posición de conducción. El motor de 87 CV da suficiente juego para desenvolverse con soltura. Viene asociado a una caja de cambios manual de 5 velocidades. Dentro de 18 meses se ofrecerá también la nueva generación de motores de gasolina con turbo e inyección directa para este Opelín del Siglo XXI.

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