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Adiós a Michael Ray Richardson, la estrella que los Knicks eligieron antes que a Larry Bird

Michael Ray "Sugar" Richardson, 4 veces All-Star y figura en los Knicks, falleció a los 70. Su fulgurante carrera terminó por adicciones.

Michael Ray "Sugar" Richardson, 4 veces All-Star y figura en los Knicks, falleció a los 70. Su fulgurante carrera terminó por adicciones.
Michael Ray Richardson en un partido en la NBA. | NBA

El baloncesto mundial se tiñe de luto. Michael Ray Richardson, conocido como "Sugar", falleció este martes a los 70 años en Lawton, Oklahoma, tras no poder superar un cáncer de próstata. El anuncio lo confirmó su amigo y abogado John Zelbst, quien destacó su carácter luchador y su legado dentro y fuera de las canchas. "El mundo del baloncesto perdió a un gran deportista y una gran persona", expresó Zelbst. Y recordó al mítico jugador, asegurando que "vivió la vida al máximo y superó obstáculos increíbles. Fue un ejemplo de redención y de cómo volver a levantarse".

Richardson nació en Denver en 1955, y deslumbró en la Universidad de Montana, donde su velocidad y visión de juego llamaron la atención de los ojeadores de la NBA. Años después, en 1978, los New York Knicks lo seleccionaron con el número 4 del Draft, por delante incluso de Larry Bird.

Desde su debut, "Sugar" se convirtió en un fenómeno. Tanto que su capacidad para robar balones y su estilo explosivo lo transformaron en uno de los bases más completos de su generación. De hecho, Richardson fue líder en robos de balón durante tres temporadas, elegido cuatro veces para el All Star Game y dos veces integrante del Mejor Quinteto Defensivo.

Su carisma y su manera de cambiar el ritmo de un partido lo convirtieron en ídolo del Madison Square Garden. El mítico Isiah Thomas reconoció años después que Richardson fue "el jugador más difícil de defender" al que se enfrentó. Y Quinn Buckner resumió su impacto así: "En aquellos días, el mejor base era Magic Johnson, pero justo detrás estaba Sugar".

Caída y expulsión de la NBA

En la cima de su carrera, con apenas 31 años, Richardson vivió su momento más oscuro. El motivo es que, en 1986, tras violar por tercera vez la política antidroga de la liga, fue expulsado de por vida por el comisionado David Stern. Se convirtió así en el primer jugador suspendido permanentemente por consumo de cocaína.

Hay que destacar que el castigo llegó un año después de firmar su mejor temporada con los New Jersey Nets, en la que promedió 20,1 puntos, 8,2 asistencias, 5,6 rebotes y 3 robos por partido. Aquel brillante curso quedó empañado por sus problemas personales, que lo acompañarían durante los años siguientes. Richardson reconocería más tarde que su adicción le arrebató "la oportunidad de ser un grande entre los grandes", pero también se negó a rendirse.

Renacer en Europa y una segunda vida en el baloncesto

Tras verse obligado a abandonar la NBA, Sugar reconstruyó su vida deportiva en Europa, donde jugó hasta 2002 en clubes de Italia, Francia y Croacia. Pasó por equipos como la Virtus Bolonia, el KK Split, el Antibes o el Livorno, dejando una huella de talento y también de altibajos.

De hecho, en 1991 fue despedido de la Virtus tras un nuevo positivo, pero logró reponerse y alargar su carrera más de una década. Su experiencia en el Viejo Continente le permitió redescubrir el baloncesto desde otra perspectiva y ganarse el respeto de las aficiones europeas.

Pero nunca abandonó el baloncesto ya que, al retirarse, inició una etapa como entrenador, dirigiendo equipos en la CBA estadounidense, además de los Oklahoma Cavalry y los London Lightning de la liga británica. Entre 2004 y 2014 desarrolló una sólida trayectoria como técnico, centrada en la formación de jóvenes jugadores.

El libro, la redención y su legado familiar

En 2024, Richardson publicó su autobiografía "Suspendido: Cómo desperdicié una carrera estelar en la NBA antes de encontrar mi redención", donde repasaba su caída y su reconstrucción personal. Con sinceridad y autocrítica, relató los años más duros de su vida y cómo el baloncesto le sirvió para redimirse.

Padre del futbolista internacional Amir Richardson, jugador de la selección de Marruecos, Michael Ray se había establecido en Oklahoma junto a su esposa, Kimberly, participando activamente en programas comunitarios y en campus deportivos para jóvenes en riesgo de exclusión. Su vida fue también retratada en el documental "¿Qué ocurrió con Michael Ray?", narrado por el actor Chris Rock, que profundizó en el ascenso y caída de una de las figuras más enigmáticas de la NBA de los años ochenta.

Michael Ray Richardson deja un legado tan brillante como complejo. Fue uno de los jugadores más talentosos de su generación, admirado por su técnica y su inteligencia en la pista, pero también un símbolo de los excesos y las segundas oportunidades.

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