
"Es difícil de entender mi día a día, no pretendo hacerme la víctima. Tengo lo que tengo, mañana me voy a levantar fatal porque no me voy a tomar nada, vivo con muchos antiinflamatorios porque si no no puedo entrenar. Si no tomo ningún antiinflamatorio voy cojo. Seguiré así hasta que aguante el tema y que mi cabeza diga basta. No estoy lesionado, tengo una lesión crónica. Yo juego para ser feliz, pero claro, el dolor te quita la felicidad".
El primer párrafo de esta columna lo firma el propio Rafa Nadal. Ayer en Roma, el jugador español cayó, que no retiró, matiz importante, ante Denis Shapovalov porque su pie izquierdo convirtió dicho choque en un verdadero infierno. Es importante recalcar que no se retiró pese al dolor y que Rafa no se lesionó ayer. Rafa vive lesionado desde que al inicio de su carrera le diagnosticaron el Síndrome de Müller-Weiss, una enfermedad degenerativa que afecta al hueso escafoides del tarso medio del pie del adulto, en la zona más alta del pie, y que le ha hecho jugar con una plantilla especial.
Ese remedio, ese parche que los médicos encontraron para que Nadal pudiese seguir jugando, le ha llevado a jugar con dolores toda su vida. Con dolores y con continuos problemas que afectan incluso a su vida cotidiana. Una rutina que no ha dejado nunca de lado la medicación para controlar los dolores y que el campeón español ha soportado la mayoría de las veces en silencio. Pese a todo eso, Nadal sigue ganando, como este año en Australia, y suma un total de 21 Grand Slams que le han llevado a lucir la corona del tenis mundial masculino. Pero repito, todo ello con dolores diarios desde los 19 años.
Nadal ya es un superhéroe deportivo por lo que representa dentro y fuera de la pista y por todo lo que ha ganado, pero lo es aún más por el infierno diario que soporta para seguir sosteniendo la raqueta en la mano. Y encima se queja bastante menos de lo que lo han hecho otros por lesiones mucho menores que esta.
Ahora queda por ver cómo llegará Rafa a Roland Garros para buscar su 14º título en la tierra batida de París. Le quedan apenas 11-12 días para su debut y este problema en su pie le ha dejado fuera de Roma, torneo que siempre le ha venido de perlas para preparar el Grand Slam de arcilla. De hecho, el foro itálico le ha visto como ganador en diez ocasiones. Las dudas están ahí. El orgullo de Rafa y su gen ganador, también. Veremos quién gana la batalla, si el dolor o la mentalidad de este superhéroe deportivo.

