L D (EFE)
Con estos datos, el déficit del primer semestre del año fiscal alcanza los 252.600 millones de dólares, casi el doble de los 131.900 millones registrados hace un año en el mismo período, lo que confirma el empeoramiento de las cuentas públicas de EEUU.
El Gobierno de EEUU prevé cerrar este año fiscal, que concluye el próximo 30 de septiembre, con un déficit de más de 350.000 millones de dólares, que supondría una cifra récord. Las previsiones son aún peores para el próximo ejercicio, en el que se prevé alcanzar incluso un déficit de 400.000 millones de dólares.
EEUU cerró el año fiscal 2002 con un déficit de 157.800 millones de dólares, lo que puso fin a cuatro años consecutivos de superávit durante el segundo mandato del presidente Bill Clinton. Ante el crecimiento de esta cifra, el Gobierno estadounidense ha pedido al Congreso que autorice un aumento de la capacidad de endeudamiento del Estado.
La situación de las cuentas públicas puede convertirse en un argumento político en las elecciones presidenciales de 2004, ya que los demócratas acusan al presidente George W. Bush de que buena parte de la culpa del déficit recae en las rebajas de impuestos impulsadas por la Casa Blanca.
El Gobierno de EEUU prevé cerrar este año fiscal, que concluye el próximo 30 de septiembre, con un déficit de más de 350.000 millones de dólares, que supondría una cifra récord. Las previsiones son aún peores para el próximo ejercicio, en el que se prevé alcanzar incluso un déficit de 400.000 millones de dólares.
EEUU cerró el año fiscal 2002 con un déficit de 157.800 millones de dólares, lo que puso fin a cuatro años consecutivos de superávit durante el segundo mandato del presidente Bill Clinton. Ante el crecimiento de esta cifra, el Gobierno estadounidense ha pedido al Congreso que autorice un aumento de la capacidad de endeudamiento del Estado.
La situación de las cuentas públicas puede convertirse en un argumento político en las elecciones presidenciales de 2004, ya que los demócratas acusan al presidente George W. Bush de que buena parte de la culpa del déficit recae en las rebajas de impuestos impulsadas por la Casa Blanca.
