L D (EFE) Los factores de este dinamismo del consumo privado ya habían empezado a mostrar una clara recuperación a finales de 2003, coincidiendo con unos tipos de interés situados en valores anormalmente bajos para España.
Según el estudio, los cuatro elementos básicos que determinan las decisiones de gasto de las familias -renta disponible, expectativas de renta futura, stock de riqueza de los hogares en relación con su renta y estructura demográfica- están presionando al alza y se refuerzan mutuamente para explicar el comportamiento del consumo de esta etapa expansiva.
La principal diferencia respecto a 2002 se da en las expectativas de los consumidores, que han mejorado notablemente pese a la incertidumbre política en Oriente Medio y el incremento del precio del petróleo.
En el ámbito de la renta disponible, el empleo es el factor clave de la expansión del consumo por su dinamismo y, en concreto, por el avance de los grupos de mayor propensión a consumir, asalariados y contratos fijos.
Efecto de la recuperación de los mercados.
El análisis realizado desde la perspectiva del stock de riqueza de los hogares pone de manifiesto el significativo impacto que las variables relacionadas con este stock han tenido sobre la trayectoria del consumo privado.
Así, la recuperación de los precios de los activos financieros (acciones y obligaciones) y el progresivo avance de los precios en el mercado inmobiliario han influido sobre el consumo.
La renta familiar bruta disponible entre 1995 y 2003 creció casi el 60%, mientras que el stock de riqueza total de las familias españolas creció cerca del 125% y la ratio riqueza/renta pasó de valores superiores a 6 en 1995 a otros cercanos a 10 en 2003.
El estudio también destaca que se ha mantenido el proceso de relativo rejuvenecimiento en los hogares españoles y el de su ritmo de creación, aunque ligeramente inferior al de años anteriores.
